“En el IB queremos gente que pueda innovar. Nuestra función es tratar de educar pequeños números de estudiantes muy bien formados que sean capaces de acoplarse a expertos con otra formación. Creo que esto es una contribución grande para el desarrollo del país y la región. Por supuesto que uno no puede pretender que todos los profesionales de la ciencia y la tecnología sean formados de esta manera porque habría que tener miles de laboratorios, pero los que sí tenemos la suerte de estar en un centro como este debemos sentirnos realmente afortunados.
Aspiramos a educar jóvenes con capacidades específicas, con capacidades de innovar, de resolver problemas, y eso requiere de un entrenamiento especial. No se consigue en el aula escuchando a una persona que está con el pizarrón y la tiza, sino que demanda una ejercitación especial. Intentamos, a veces con más éxito y a veces con menos, formar gente que después pueda expandir su experiencia en otros ámbitos. Creo que la Argentina necesita mucho más ingenieros y científicos de los que tiene.
Un país que no piensa en la educación en todas sus dimensiones, desde el jardín de infantes hasta los doctorados, es un país que no tiene futuro. Es imposible en el mundo de hoy pensar en mejorar la calidad de vida de la población sin una sociedad educada, sin una sociedad capaz de pensar y resolver sus propios problemas (sociales, tecnológicos, etc.). Creo que en última instancia nuestra misión aquí es formar personas en ese sentido: profesionales que sean capaces de construir un país mejor. En ese aspecto creo que podemos estar satisfechos, no completamente porque las cosas siempre se pueden hacer mejor, pero lo cierto es que el Instituto Balseiro ha hecho contribuciones muy importantes en varios sectores de la sociedad científica y tecnológica”.
*Palabras del Dr. Carlos Balseiro, actual director del Instituto e hijo de su fundador.
**Pregunta enviada por Christian Garrido (UBA)