Históricamente la tecnología nuclear ha sido estigmatizada por la población mundial, debido al uso no pacífico que se le ha dado. Al escuchar la palabra “Nuclear”, pensamos de manera automática en la Segunda Guerra Mundial y en la primera arma de destrucción masiva, “la bomba atómica”. Sin embargo, no podemos dejar a un lado los grandes beneficios que ofrece la ciencia y la tecnología nuclear, y cómo es utilizada en todos los aspectos de la vida cotidiana para el beneficio de la población, suministrando grandes aportes a la comunidad internacional en materia de desarrollo.
Por Ing. Jorge Gómez (Rep. Dominicana)
Ingeniero Industrial con especialidad en Seguridad Nuclear y Protección Radiológica y Maestría es gestión de proyectos y MBA. Actualmente Encargado del departamento de Protección Radiológica del Viceministerio de Energía Nuclear del Ministerio de Energía y Minas de la República Dominicana.
Durante las últimas décadas, hemos visto una contribución en ámbitos tan heterogéneos como la salud, la energía y la protección del medio ambiente, implicando que la versatilidad del uso pacífico es cada vez mayor y día a día va afrontando más retos en beneficio de los países. Dentro de las distintas áreas que las técnicas nucleares desempeñan un papel fundamental ofreciendo soluciones competitivas podemos encontrar: la Agricultura y la seguridad alimentaria, mejorando la seguridad y eficacia en la selección de cultivos y variedades de plantas mejoradas, control de plagas y enfermedades de animales y plantas, y el fortalecimiento de la gestión del suelo; Medio Ambiente, optimizando la conservación del suelo y del manejo del agua, detección y estudio de contaminantes de agua y aire, supervisando las tendencias de la contaminación y evaluando sus repercusiones, al tiempo que también se mejora el conocimiento global sobre los efectos del cambio climático en los sistemas terrestres y oceánicos.
Asimismo se destaca su aporte al Desarrollo Energético Sostenible, garantizando el suministro de energía limpia y con bajas emisiones de Carbono, atenuando los efectos negativos del cambio climático; en la industria, contribuye con la verificación de infraestructuras, a esterilizar y desinfectar componentes, a supervisar y optimizar los procesos industriales, y a analizar propiedades de materiales. En el área de la salud se emplean técnicas en el diagnóstico, el tratamiento y la gestión del cáncer, las enfermedades cardiovasculares y otras enfermedades no transmisibles.
En este sentido, es aquí donde nos encontramos actualmente, viviendo ante una pandemia donde la población mundial está consternada, angustiada y viendo un virus disgregándose y creciendo de manera exponencial, provocando medidas drásticas por parte de los gobiernos, tales como, toques de queda y distanciamiento social; y con la consecuencia de una gran debacle económica en el sector turístico, agropecuario, gastronómico, entre otros.
Debido a que su crecimiento ha sido tan repentino, los países se han visto en la necesidad de recurrir a equipamientos tecnológicos adecuados para detectar el virus en las personas y así poder distanciarlos, con miras a reducir el riesgo de transmisión y evitar el contagio con otros; es aquí donde entra la “Tecnología Nuclear”, proporcionándonos una técnica diagnóstica conocida como Reacción en Cadena de la Polimerasa con Transcripción Inversa en Tiempo Real (RT-PCR), un método de laboratorio muy preciso y capaz de detectar, rastrear y estudiar el coronavirus.
Es importante resaltar que anteriormente se utilizaban ácidos nucleicos radiomarcados para la identificación y verificación de la caracterización genética y la secuenciación de patógenos. Esto fue sustituido a su vez por tintes fluorescentes, que sigue siendo la metodología de referencia preferida para determinar la calidad del ADN extraído.
Actualmente, la RT-PCR en tiempo real es el método mas utilizado para detectar el coronavirus. Consiste en una prueba diagnóstica de laboratorio que permite detectar y amplificar pequeños fragmentos del material genético (ADN) de un patógeno o microorganismo, para identificar gérmenes microscópicos que causan enfermedades, como el coronavirus. Es altamente sensible, específica, significativamente rápida y tiene un menor potencial de contaminación o errores que otras técnicas[1].
La implementación de esta técnica se lleva a cabo mediante un equipo llamado Termociclador. Su principio de funcionamiento consiste en el efecto termoeléctrico Peltier-Seebeck, que convierte energía eléctrica a energía térmica para realizar cambios de temperatura precisos y rápidos, necesarios para desnaturalizar las cadenas de ADN, de modo que se aprovechen las cualidades fisicoquímicas de los ácidos nucleicos y las enzimáticas del ADN polimerasa.
Existen también equipos portátiles que permiten realizar diagnósticos in situ, aunque no con la misma capacidad de lectura, sin embargo, es una muy buena opción para la ejecución en el campo y para implementar laboratorios móviles en algún punto crítico.
Finalmente, es muy importante destacar la labor que ha estado realizando el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) en estos tiempos de crisis, donando equipamiento, kits de detección y otros insumos necesarios para la toma de muestras a las autoridades de distintos países en África, Asia, América Latina y el Caribe.
[1] Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA)

