El Instituto de Investigaciones Energéticas y Nucleares de Brasil (IPEN) es una unidad que funciona bajo el control de la Comisión Nacional de Energía Nuclear de ese país (CNEN). Se fundó en 1956 para contribuir con la investigación y el desarrollo de la industria nuclear y sus aplicaciones, principalmente en lo que respecta a productos farmacéuticos, equipos industriales gamma, y tecnología láser, entre otros rubros. En exclusiva, el Dr. José Carlos Bressiani –superintendente del IPEN- revalida los objetivos del Instituto, que siempre se enmarcaron en el uso pacífico de la energía nuclear.
El Instituto de Investigaciones Energéticas y Nucleares (IPEN, por sus siglas en portugués) se creó el 31 de agosto de 1956 bajo el nombre de Instituto de Energía Atómica (IEA), como resultado de un convenio entre la Universidad de São Paulo y el Consejo Nacional de Investigaciones (CNPq.)
Según relató el Dr. José Carlos Bressiani, su superintendente, “en el momento de su fundación, Brasil aspiraba a formar parte del selecto grupo de naciones que integraban el ‘club nuclear’”. Fue con este objetivo que, en 1956, adquirió un reactor nuclear de investigación tipo piscina, el IEA-R1, y creó el IPEN para albergar la “nueva máquina” y gestionar las consiguientes actividades de investigación.
“Para ejecutar esas tareas actualmente el IPEN está organizado en 10 Centros de Investigación y un Centro Educativo que se suman a la Oficina de Innovación y la Oficina de Proyectos. Los centros de investigación incluyen instalaciones segmentadas en diversas áreas: Centro de Biotecnología, Centro de Pilas de Combustible e Hidrógeno, Centro de Ciencia y Tecnología de Materiales, Centro de Combustible Nuclear, Centro de Ingeniería Nuclear, Centro de Láseres y Aplicaciones, Centro de Química y Medio Ambiente, Centro de Radiofarmacia, Centro de Reactores de Investigación y el Centro de Tecnologías de Radiación”, detalló el Dr. Bressiani, quien además de su cargo al frente del Instituto es un reconocido especialista en materia nuclear.
El IPEN lleva adelante actividades de investigación, desarrollo, educación, innovación y producción de radiofármacos, así como también actúa como proveedor de servicios: “Cabe destacar que el objetivo de su nacimiento siempre ha sido el uso pacífico de la energía nuclear para el beneficio de la población”, enfatizó.
El carácter multidisciplinario de las actividades de la industria nuclear ha permitido que el IPEN emprendiera un amplio y variado programa de investigación y desarrollo en otras áreas, dentro de las cuales resaltan: biotecnología, materiales avanzados, láseres y pilas de combustible. Por otra parte, “un riguroso programa de control radiológico y seguridad nuclear se despliega en todas las instalaciones nucleares y radiactivas del IPEN, el cual implica monitoreos radiológicos ambientales y de personal, servicios de emergencias radiológicas, análisis radiotoxicológicos, estudios radiosanitarios, calibración de monitores de radiación y tratamiento, y acondicionamiento de residuos nucleares de baja actividad”, detalló el experto.
El Instituto también es responsable, en asociación con la Universidad de São Paulo, de la realización de un programa de post-grado con niveles de maestría y doctorado. Las críticas lo sitúan entre los mejores cursos de posgrado de Brasil.
Algunos proyectos
La institución ha creado un sector de radiofarmacia que fabrica y distribuye 38 radiofármacos diferentes destinados a unas 430 clínicas y hospitales que anualmente realizan cerca de dos millones de procedimientos médicos en todo Brasil. “El IPEN adquiere yodo-131 y el molibdeno-99 que se producen en la Unidad Radioquímica del Research Institute of Atomic Reactors, que es parte del State Scientific Center, dependiente de Rosatom. Vale la pena mencionar que todos los emprendimientos nucleares de Rusia están subordinados a Rosatom, con quienes nos une un vínculo de cliente-proveedor”.
Durante el mes de junio, un grupo de expertos del IPEN viajó a Moscú para fortalecer la cooperación con Rusia: “El objetivo de la visita fue conocer las instalaciones de la Unidad Radioquímica donde se produce el yodo-131 y el molibdeno-99 que compramos desde el país euroasiático para ser procesados en nuestras instalaciones”.
Además, el Dr. Bressiani subrayó, como parte de los proyectos institucionales, que el IPEN “ha adquirido e instalado el primer reactor nuclear de investigación en América Latina, el IEA-R1, así como también diseñó y construyó un reactor nuclear de investigación, IPEN/MB-01”. Asimismo, “el Instituto domina la producción de uranio grado nuclear, purificando hexafluoruro de uranio. Diseñó y construyó un irradiador gamma; produce los combustibles nucleares para los reactores de investigación brasileños; y ha mostrado su capacidad para las técnicas ultracentrífugas brasileñas, tal como lo hace con el Reactor Multipropósito RMB”.
En cuanto al vínculo del IPEN con Argentina, el especialista indicó que “la relación proviene del año 1980. Esta cooperación surgió a partir de proyectos conjuntos, ya sea en el contexto del OIEA como a través de proyectos de ARCAL, y en el ámbito de la ABACC”.
Por último, consultado por la situación actual de la industria nuclear brasileña, aseguró: “Somos optimistas porque los gobernantes de Brasil, independientemente del partido político al que pertenezcan, ven en la industria nuclear una sólida oportunidad que garantiza la creación de puestos de trabajo cualificados y la generación de energía limpia. Además, la medicina nuclear es una especialidad que viene creciendo en nuestro país y que contribuye a la consolidación de una imagen positiva de la energía nuclear, lo que hace que sea cada vez más aceptada y con menos restricciones por parte de la opinión pública”.