El Centro boliviano de Investigación Nuclear, que se proyecta en la ciudad de El Alto favorecerá el desarrollo de la agricultura, dado que contará con tecnología de irradiación gamma, útil para el mejoramiento de semillas y la productividad.
Según informó la directora de la Agencia Boliviana de Energía Nuclear (ABEN), Hortensia Jiménez, la planta multipropósito de irradiación gamma que se instalará en el centro potenciará el desarrollo agrícola y contribuirá a la seguridad alimentaria.
Los rayos gamma tienen la propiedad de romper las cadenas de ADN de insectos y microorganismos, que quedan eliminados o inhibidos para su posterior reproducción.
Según estudios científicos, al procesar alimentos con una dosis adecuada de rayos gamma, microorganismos patógenos como la esqueriquia coli, la salmonela y la triquinela espiralis, se reducen sustancialmente.
Además, la irradiación gamma contribuye a la reducción de plagas como insectos y hongos, en productos herbolarios y naturalmente infestados, lo que permite conservarlos en buen estado por un mayor lapso de tiempo.
Jiménez remarcó que el instituto de El Alto contará también con un reactor nuclear (de investigación), con el cual incrementarán las capacidades de profesionales para implementar programas de investigación en sectores como la medicina, farmacia, minería y medio ambiente.
La representante de la Agencia Boliviana de Energía Nuclear explicó que en el futuro trabajarán para construir tres institutos de medicina nuclear en las ciudades de El Alto, La Paz y Santa Cruz.
La edificación del Centro de Investigación Nuclear de Bolivia estará a cargo de la Corporación Estatal Rusa Rosatom, y tendrá entre sus prioridades el estudio y búsqueda de curas para el cáncer y la conservación de alimentos para su exportación.
Además, contará con un reactor de agua a presión de baja potencia de hasta 200 kilovatios, un equipo de ciclotrón-radiofarmacia, además de instalaciones de ingeniería y varios laboratorios.
La puesta en marcha de las primeras instalaciones de dicho instituto, que demandará más de 300 millones de dólares de inversión, está prevista para 2019 y la vida útil es 50 años; después de ese período, el reactor debe modernizarse.
Dicho instituto tiene el respaldo del Organismo Internacional de Energía Atómica y permitirá una amplia aplicación de las tecnologías de radiación en la agricultura, la medicina, la industria y otras esferas importantes.
Rosatom también asumirá el apoyo a la operación y el mantenimiento durante todo el ciclo de vida de la institución, así como la cooperación científica.
La compañía del país europeo se encargará, además de la construcción del centro, de la formación de personal científico y de ingeniería, y el desarrollo de la infraestructura nuclear.
Fuente: Prensa Latina
