Con tecnología de última generación y prestaciones del más alto nivel, el Instituto Zunino opera desde la Ciudad de Córdoba integrando tres entidades: el Instituto Privado de Radioterapia (IPR), el Instituto Privado de Radioterapia Oncológica (IPRO) y la Fundación Marie Curie.
La clave de este centro integral es la actualización tecnológica permanente, la capacitación continua de sus profesionales y la calidez con la que se trata a los pacientes. Estos tres factores, que el Dr. Pablo Castro Peña –Director Médico del Instituto Zunino-Fundación Marie Curie- describe a lo largo de esta entrevista con Enula, son los que trazan la identidad y el éxito de esta prestigiosa institución.
El Instituto Privado de Radioterapia se fundó en 1984, el Instituto Privado de Radioterapia Oncológica (IPRO) en 2007, mientras que la Fundación Marie Curie, en cuyo seno se organizan las tareas de formación profesional, nació en abril de 1988. “Los tres están integrados gracias a las tecnologías de comunicación, que nos permiten un trabajo simultáneo y coordinado con interconsultas y enfoques globales. Esto va en consonancia con el carácter transversal de este campo, que requiere de profesionales de diferentes áreas, como médicos radio-oncólogos, físicos médicos, licenciados en Bioimágenes, y otros tantos”, señala el Dr. Castro Peña.
Enfoques globales, capacitación y actualización tecnológica permanente
El Instituto Zunino está fuertemente abocado a la radio-oncología y a los tratamientos sistémicos de la oncología médica. “También contamos con sub-áreas que hacen que todo esto funcione. La estructura se compone de múltiples sectores que hacen que la radio-oncología esté en un máximo nivel de servicios, de tecnología, ciencia y desarrollo, y de innovación. Eso es lo que más nos caracteriza”, subraya el directivo.
“El IPR y el IPRO –agrega- son dos instituciones que funcionan de manera independiente e interrelacionada. Cada una de ellas cuenta con dos aceleradores lineales de máxima tecnología, en total cuatro equipos Novalis, diseñados específicamente –con precisión submilimétrica- para tratamientos de radiocirugía (SRS) y radioterapia esterotáxica corporal (SBRT). Esta última, según el Instituto Nacional de Cáncer, es un tipo de radioterapia externa en la que se usa un equipo especial para poner en posición al paciente y administrarle la radiación hacia el tumor de modo preciso. “La dosis total de radiación se divide en varias dosis más pequeñas que se administran durante varios días. La radiocirugía se usa para tratar tumores benignos y malignos cerebrales y trastornos funcionales del cerebro como temblores esenciales, neuralgia del trigémino y trastornos obsesivos compulsivos”.
Otro de los puntos fuertes de la institución es la braquiterapia, uno de los tratamientos oncológicos más relevantes de la actualidad.
BRAQUITERAPIA
“La braquiterapia es un tipo de radioterapia utilizada para tratar el cáncer. Se coloca una fuente de material radioactivo adentro del paciente para matar células cancerosas y achicar tumores.
La radioterapia de haz externo (EBRT) irradia haces de rayos X de alta energía hacia un tumor desde afuera del cuerpo. La braquiterapia, también conocida como terapia de radiación interna, coloca material radioactivo directamente adentro, o al lado, del tumor. Utiliza una dosis total de radiación más alta para tratar un área más pequeña en menos tiempo que la EBRT. La braquiterapia tiene la ventaja de que utiliza una dosis localizada más alta de radiación. Esto significa que se administra menos radiación en los tejidos aledaños, lo que disminuye de forma significativa el riesgo de tumores malignos secundarios inducidos por la radiación. (Fuente: www.radiologyinfo.org)
“Dentro de los tratamientos radiantes, ofrecemos radioterapia externa y braquiterapia, esta última desarrollada para cualquier patología o localización. Tenemos un equipo de braquiterapia de alta tasa de dosis con aplicadores para cabeza y cuello, próstata, mama, ginecología, recto. Por otro lado, tenemos la braquiterapia de semillas de yodo que se usa solo para próstata, que son implantes permanentes. Se coloca la fuente radiactiva en el paciente y se deja ahí para que trabaje y se descargue con el tiempo. Posteriormente queda la semilla de titanio desactivada, una vez cumplida su función terapéutica. Por el contrario, en el equipo de alta tasa de dosis la fuente se mueve hacia al sector que queremos irradiar, se queda un tiempo definido muy bien calculado irradiando una o múltiples veces con la dosis deseada, y se retira”, explica el experto.
“El tratamiento de braquiterapia es un tratamiento que ha sido revolucionario y que ha venido logrando excelentes resultados desde hace muchos años. Hoy en día es interesante la optimización lograda principalmente en los sistemas de cálculo, lo que se ha traducido en mejoras en cuanto a la radioprotección, no sólo para el paciente sino principalmente para el profesional de la salud”.
La braquiterapia ha logrado excelentes resultados
Los conocimientos en radioprotección y su aplicación mediante estrictos protocolos se han optimizado con notoriedad a lo largo del tiempo, así como también la tecnología que se utiliza para tales fines. “Por ejemplo, nuestro equipo de alta tasa de dosis coloca y guarda la fuente de forma automática. Eso hace que las personas no manipulen la fuente, evitando la exposición a esa radiación. En cuanto a la técnica con las semillas, hay una serie de dispositivos que hacen blindaje durante la aplicación, que evita la absorción de dosis que podrían parecer insignificantes en una sola exposición pero que cuando son continuas o frecuentes en un mismo grupo de personas sí pueden ser significativas”.
El Dr. Castro Peña también señaló que el Instituto Zunino trata con frecuencia pacientes ginecológicos que necesitan de un tratamiento combinado de radioterapia externa y braquiterapia. “Aquí es donde se ve la importancia de contar con todos estos servicios en una misma institución, porque cada día que el paciente pierde sin tratarse, se disminuye el índice de sobrevida. Todo esto está desarrollado en un área específica donde hay dos salas tipo quirófanos donde se realizan tratamientos diariamente”.
“Cada día que el paciente pierde sin tratarse, se disminuye el índice de sobrevida”
Un servicio de radioterapia sin braquiterapia es un servicio incompleto: “Cuando un centro no cuenta con braquiterapia y envía a sus pacientes a aplicársela en otro lado luego de haberle practicado la radioterapia externa se incurre en un error muy grave. El centro que no cuenta con esta prestación no debe hacer tratamientos combinados porque en esa derivación se pierde tiempo y no se cumple con el timing óptimo para que la enfermedad no progrese o no perdamos el control máximo de la patología. Es fundamental que se envíe a los pacientes a centros que cuentan con ambos servicios”, advierte el especialista.
“Afortunadamente, en nuestra institución contamos con una línea completa de equipos de última generación, especialmente diseñados para tratamientos de muy alta complejidad como SBRT y SRS, que permiten tratamientos integrales, combinados, sin hacerle perder tiempo y oportunidades a los pacientes que nos eligen. Como tenemos mucho equipamiento, el paciente no queda en lista de espera, sin distinción por obra social. La única demora que tenemos es el tiempo que nos lleva la preparación del tratamiento que no supera los 5 días en ninguno de los casos. Tratamos de atender a la gente lo más rápido posible porque entendemos que un día perdido puede ser una pérdida de oportunidad de curación. Formar parte de un centro con un criterio médico y humanitario tan claro es realmente un orgullo”.