La Autoridad Regulatoria Nuclear (ARN) participó en la Conferencia Internacional sobre una Década de Progreso después de Fukushima Daiichi: aprovechando las lecciones aprendidas para fortalecer aún más la seguridad nuclear, organizada por el Organismo Internacional de Energía Atómica en Viena, Austria, del 8 al 12 de noviembre de 2021. La ARN participó con presentaciones de sus expertos en dos paneles, junto a reconocidos expositores internacionales.
Crédito: OIEA
El Ing. Abel J. González realizó una presentación sobre “Una lección radiológica de Fukushima: La Atribución de Efectos Reales sobre la Salud utilizando Inferencias Conjeturales de Riesgo es Perjudicial para la Protección de las Personas”. Recientes Evaluaciones del Comité Científico de las Naciones Unidas para el Estudio de los Efectos de las Radiaciones Atómicas (UNSCEAR), han reconfirmado que las dosis de radiación incurridas por la población fueron bajas y que, consecuentemente, no se han documentado efectos adversos para la salud entre los residentes de Fukushima que sean directamente atribuibles a la exposición a la radiación del accidente de 2011. Sin embargo, se han documentado muchos efectos detrimentales, sobre todo psicológicos, y lamentablemente muertes, atribuibles a las medidas de protección causadas por conjeturas sobre efectos de la radiación.
La ARN había participado de trabajos científicos que habían advertido este problema, y que fueron publicados en revistas especializadas, ya en el año 2013. Sin embargo, estos conceptos aún no han logrado ser incorporados en la normativa internacional. La ARN colaboró en su momento con la Nippon Foundation para clarificar este tema con respecto a los canceres pediátricos de tiroides, que causaron gran preocupación en los progenitores de niños de Fukushima. Aunque los cánceres de tiroides se han detectado mediante pruebas de detección entre los niños expuestos, estos casos no son el resultado de la exposición a la radiación. Más bien, su detección es el resultado de procedimientos de detección de ultrasonido sensibles que han detectado casos de enfermedad latente que no se habrían diagnosticado en ausencia del monitoreo.
En esta nueva presentación de la ARN sobre este tema de especial relevancia y controversial, se concluyó que no debemos ignorar el perjuicio causado por atribuir efectos fácticos a situaciones en las que solo se puede inferir un riesgo conjetural. Más aún, debemos prever la implementación de las conclusiones del UNSCEAR mediante el establecimiento de instrumentos y enfoques para su aplicación práctica en la seguridad radiológica y nuclear; y trabajar sobre el desafío epistemológico profundo de esta situación, que requiere una seria revisión científica en nuestros enfoques a la radiación y la seguridad nuclear.
La Bioq. Analía Canoba participó del panel “Recuperarse de una emergencia nuclear” en el que realizó una presentación sobre “Trabajando con la presencia de radiactivos en bienes de consumo”. Una vez ocurrido un accidente nuclear o radiológico, uno de los temas que preocupa a la sociedad es si los niveles de radionucleidos en los alimentos, en el agua potable y en los distintos productos/mercancías no comestibles, son seguros para el consumo y el uso de las personas.
Existen normas y recomendaciones provenientes de diferentes organismos internacionales, pero los enfoques son complejos, contienen inconsistencias e incoherencias entre sí y por ende son difíciles de comprender para el público. Estas inconsistencias en los estándares internacionales actuales hacen que la toma de decisiones por parte de las autoridades nacionales sea compleja y difícil de comunicar, en esos momentos cruciales en los que debe decidirse si la aplicación de medidas de protección está justificada. Esto se vio reflejado en Japón luego del accidente de Fukushima.
Es fundamental brindar información objetiva y fácilmente comprensible a la población para promover confianza y entendimiento de las acciones que las autoridades deciden implementar. La presentación identificó dichas inconsistencias y puntos no abordados aún en los estándares internacionales existentes y propuso posibles enfoques a implementar a fin de resolver esas inconsistencias y hacer que el sistema de control sea más simple, confiable y de fácil comprensión para el público.
La Conferencia reunió a unos 900 participantes, en un formato híbrido virtual y presencial, para recordar las lecciones aprendidas y las acciones tomadas desde el accidente de la central nuclear de Fukushima-Daiichi en 2011, y para identificar formas de fortalecer aún más la seguridad nuclear. La conferencia concluyó con un documento de Llamado a la Acción que refleja el resumen y conclusiones de la semana, con los aportes de los oradores y discusiones, y la presentación de ideas para la acción a futuro.
Más información sobre las conclusiones de la Conferencia aquí
Video de la Conferencia Internacional del OIEA
https://www.iaea.org/newscenter/multimedia/videos/fukushima-daiichi-conference-news-video
(ARN)