En el Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares de México (ININ) se desarrolla un proyecto en el que se evalúan los mecanismos de transmisión del gas Radón-222, desde el subsuelo hasta el agua en el acuífero, así como los mecanismos de la reducción del contenido de este gas.
Responsable del proyecto: Dr. Miguel Balcázar García
En el subsuelo se encuentran en forma natural minerales de los que se extrae oro, plata, hierro, entre otros. También existen, en forma natural, materiales radiactivos como el Uranio-238, Uranio-235, el Torio-232 y el Potasio-40, los tres primeros son cadenas radiactivas que generan otros elementos radiactivos como el radio y el gas radón.
El agua de lluvia, en las altas montañas, tiene un recorrido en el subsuelo hasta llegar a recargar los acuíferos, de los cuales nos proveemos del vital líquido. En ese recorrido subterráneo, el agua se pone en contacto con esos materiales radiactivos y en algunos casos el agua arrastra pequeñas concentraciones de esos materiales radiactivos.
Varios países evalúan el contenido de este pequeño contenido de materiales radiactivos en el agua, México no es la excepción y también realiza esta evaluación.
El equipo de trabajo de Geofísica Nuclear, perteneciente al Departamento de Estudios del Ambiente del ININ, desarrolla un proyecto en el que se evalúan los mecanismos de transmisión del gas Radón-222, desde el subsuelo hasta el agua en el acuífero, así como los mecanismos de la reducción del contenido de este gas, si fuese el caso. Los resultados preliminares del contenido de Radón-222, a nivel nacional, muestran que en México la presencia de dicho gas en el agua no es significante, sin embargo es deseable conocer los mecanismos que generan su presencia.
Es importante recordar que vivimos en un ambiente con radiactividad natural, por los rayos cósmicos provenientes del espacio exterior, y por la presencia de minerales radiactivos en el subsuelo. Además, nuestro cuerpo contiene dos materiales radiactivos, uno es el Carbono-14 y otro es el Potasio-40, ambos emiten partículas beta que lesionan las células de nuestro organismo, sin embargo los mecanismos de reparación celular remedian estas lesiones.
También comemos alimentos con presencia natural de material radiactivo, como el plátano que contiene Potasio-40, aunque tendríamos que comer 10 kilogramos de plátano al día, para tener el mismo efecto que nos produce la radiación ambiental a la que estamos expuestos.
Fuente: ININ