DESDE REPÚBLICA DOMINICANA
Por Jorge Gómez Núñez
Encargado del Depto. de Protección Radiológica
en República Dominicana
Actualmente podemos observar con más frecuencia fenómenos atmosféricos extremos, cambios de temperatura a largo plazo y patrones climáticos que cada vez afectan más a los países. Los científicos han demostrado que el ser humano es el responsable del calentamiento global, debido principalmente a la quema de combustibles fósiles como el carbón, el petróleo y el gas.
Otra causa importante es la deforestación, ya que los árboles absorben CO₂ de la atmósfera, ayudando a regular el clima. Al talarlos, ese efecto beneficioso se pierde y el carbono almacenado en los árboles se libera, agravando el efecto invernadero.
Las consecuencias del cambio climático son graves e impactan en muchos aspectos de nuestras vidas. Tanto mitigar el cambio climático como adaptarse a un mundo en calentamiento son desafíos fundamentales que exigen soluciones maduras.
Es aquí donde la energía nuclear juega un papel fundamental, proporcionando una fuente baja en emisiones de carbono y clave en la transición hacia un futuro de energía limpia, representando ventajas frente a los combustibles fósiles.
Una sola pastilla de uranio de apenas 1 cm de diámetro puede generar la misma cantidad de energía que 2.200 libras de carbón, 565 litros de petróleo ó 480 metros cúbicos de gas natural. Esto demuestra la increíble densidad energética del uranio, lo que permite producir grandes cantidades de electricidad con un menor consumo de material y reduciendo significativamente las emisiones de carbono.
Actualmente, la energía nuclear genera alrededor del 10% de la electricidad mundial y más de una cuarta parte de la electricidad con bajas emisiones de carbono a nivel global. Según la Asociación Nuclear Mundial, esta fuente de energía evita la emisión de más de 2.500 millones de toneladas de CO₂ cada año, consolidándose como una de las principales alternativas para reducir las emisiones del sector eléctrico. Dado que este sector es responsable de más de un tercio de las emisiones globales relacionadas con la energía, se requiere una transformación completa para alcanzar las cero emisiones netas. La eliminación gradual del uso de combustibles fósiles y la integración de una gran proporción de tecnologías renovables variables plantean importantes desafíos técnicos, económicos, sociales y políticos.
En este contexto, la energía nuclear -con una de las huellas de carbono más bajas entre las tecnologías bajas en carbono, disponibilidad 24/7 y capacidad de operar con flexibilidad- puede contribuir significativamente a la estabilidad y seguridad de un sistema eléctrico totalmente descarbonizado, complementando de manera eficaz a las renovables.
Es importante que los países apuesten de manera decidida por la energía nuclear, tal como se manifestó en la COP28 a finales de 2023, cuando 20 naciones -encabezadas por el presidente francés Emmanuel Macron y el enviado especial presidencial estadounidense para el clima, John Kerry- publicaron una declaración conjunta comprometiéndose a triplicar la capacidad mundial de energía nuclear para 2050. Esta medida fue reconocida como un paso clave para lograr un camino viable hacia las emisiones netas de carbono cero.
En la COP28, el mundo coincidió en que la energía nucleoeléctrica debe ser parte fundamental de la transición hacia las emisiones netas cero. En este sentido, el Director General del OIEA, Rafael Mariano Grossi, destacó antes de la COP29 que invertir en energía nucleoeléctrica puede reducir los costos de las redes eléctricas y acelerar el despliegue de fuentes intermitentes de energía limpia, como la eólica y la solar. Ahora, el reto es pasar del consenso a la acción, implementando políticas concretas que permitan el crecimiento sostenible de la energía nuclear a nivel global.
En este esfuerzo por expandir el uso de la energía nuclear de manera sostenible, los reactores modulares pequeños (SMR, por sus siglas en inglés), emergen como una alternativa innovadora y estratégica. Su diseño compacto y escalable permite su implementación en diversas ubicaciones, incluidas regiones con redes eléctricas limitadas o industrias con alta demanda energética. Además, los SMR ofrecen mejoras en seguridad, costos de construcción más bajos y tiempos de despliegue reducidos en comparación con los reactores convencionales, lo que los convierte en una opción clave para diversificar y fortalecer la matriz energética con una fuente confiable y libre de emisiones de carbono.
La energía nuclear, como vemos, abre un enorme horizonte de oportunidades. Es una decisión socio-tecnológica y un compromiso con un planeta más limpio y sostenible. La energía nuclear, sin dudas, es nuestro futuro.