Greg Rzentkowski
Director de la División de Seguridad (Safety) de Instalaciones Nucleares.
Departamento de Seguridad Nuclear del OIEA.
El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) es responsable de los requerimientos relativos a la seguridad de las instalaciones nucleares de los países miembros. Específicamente, le ofrecemos apoyo a cada uno de ellos para establecer una apropiada infraestructura a fin de que se mejore de manera continua la seguridad de las instalaciones nucleares, tanto en los procesos de evaluación de los diseños, como en el emplazamiento, construcción y operación. Nos centramos en la optimización permanente de los estándares internacionales y el correspondiente marco legal y regulatorio para las plantas nucleares, reactores de investigación y facilidades del ciclo del combustible. Por supuesto, se brinda asistencia para la implementación de esos requerimientos.
En primer lugar, esto se lleva a cabo mediante revisiones periódicas, para lo cual contamos con un equipo de expertos internacionales que verifica el cumplimiento de los estándares del OIEA. Identificamos las diferencias entre estos últimos y las prácticas de los Estados miembros y proveemos recomendaciones para que esa brecha se reduzca. El segundo paso consiste en ejercicios de fortalecimiento de capacidades, de modo tal que los Estados sean conscientes de los estándares de seguridad establecidos por el Organismo, apoyándolos en la ejecución de los instrumentos internacionales de seguridad nuclear.
El accidente de Fukushima ha demostrado que la operación de centrales nucleares nunca será infalible. En otras palabras, incluso el mejor diseño, el mejor constructor y el mejor operador tienen que estar preparados para afrontar la fuerza de la Naturaleza. Esto está contemplado en los marcos regulatorios para la prevención de accidentes en lo que se refiere al diseño de las centrales, así como también la mitigación de consecuencias que podrían existir durante un accidente.
Hay un montón de cuestiones sobre este asunto, destacándose el armado de estrategias para mitigar lo mejor posible cualquier tipo de eventualidad a través de requerimientos claros y adecuados que se deben poner en práctica en cada caso. Además, proveemos a los Estados miembros de una guía para clarificar esos procedimientos, e incluso trabajamos con documentos regulatorios, experiencia que resultó en una identificación muy concreta de las mejores maneras de optimizar el diseño y la operación de todas las facilidades nucleares. Es muy fácil de implementar en los nuevos reactores, pero puede resultar complejo cuando se trata de unidades en operación, por eso es que consideramos una enorme cantidad de factores. Estos son los desafíos que estamos encarando luego de Fukushima. Todavía seguimos aprendiendo de las lecciones que nos dejó, brindándoles a los países miembros del OIEA un asesoramiento objetivo para la operación segura de sus facilidades nucleares.
Comparando el estado operativo y los estándares de seguridad del OIEA, estamos en condiciones de asegurar que éstos se cumplen. La seguridad nuclear en el mundo se está optimizando continuamente: hay un nivel muy alto de acatamiento de nuestras sugerencias, y ese es el principal motor de nuestras actividades, que buscan impulsar una mejora constante en términos de seguridad. Hay resultados muy buenos en las experiencias operativas. La industria nuclear global aún está adecuándose a esas lecciones, pero hemos visto muchas mejoras concretas en todo el mundo.
Todo lo razonablemente practicable ha sido implementado por la industria nuclear para evitar accidentes. Pero también debemos centrarnos en la mitigación de consecuencias y la respuesta a emergencias, áreas en las que se ha mejorado con notoriedad. Estamos bien, pero vamos a estar aún mejor. Nuestros requerimientos de seguridad también están optimizándose, como respuesta a las experiencias operativas y a los nuevos diseños.
Específicamente, en lo que respecta a la línea Candu, han demostrado ser reactores muy seguros, particularmente ante accidentes severos, y se introdujeron mejoras en cada unidad del mundo luego de Fukushima. También me gustaría destacar que si bien muchos conocen los diseños rusos por Chernóbil, los nuevos reactores han mejorado significativamente y se ajustaron a los estándares de seguridad del Organismo Internacional de Energía Atómica. Tuvimos la oportunidad de observar varios de sus diseños durante nuestros procedimientos de asesoría, y realmente son muy fuertes y seguros.
Más información sobre las centrales nucleares rusas
Rosatom, la corporación estatal rusa de energía nuclear, les propone a sus socios internacionales modernas tecnologías de nueva generación -conocidas como «Gen 3+»-, las cuales cumplen con todos los requisitos internacionales de seguridad, incluyendo las normas «post-Fukushima”. Luego del acontecimiento del 11 de marzo de 2011, surgieron nuevos estándares de seguridad para las centrales nucleares, que plantean entre otras cosas utilizar los sistemas activos y pasivos al mismo tiempo. De este modo, si el suministro eléctrico y de agua se interrumpen durante un tiempo prolongado, las centrales tienen autonomía (sin necesidad de medidas operativas y de apoyo externo) para detener las reacciones de fisión, eliminando el calor residual y bloqueando la liberación radiactiva. Las plantas nucleares de Rosatom están protegidas de eventuales peligros externos como terremotos, maremotos, inundaciones, tormentas, tornados, huracanes, explosiones e incluso accidentes aéreos. (Fuente: Rosatom)