En diálogo con ENULA.org, Leonam dos Santos Guimarães, Director de Planificación, Gestión y Medio Ambiente de Eletrobras/Eletronuclear (Brasil), comparte su opinión sobre la actualidad nuclear de la región. Analiza la cooperación brasileño-argentina y la presencia de Rusia como “socio estratégico”.
– A modo de introducción, nos gustaría conocer cómo ve usted a la industria nuclear de Brasil en la actualidad, siendo –junto con la Argentina- líder latinoamericano en la materia.
-El presidente de Argentina, Mauricio Macri, realizó una visita oficial a Brasil en febrero pasado. En una reunión con su par brasileño, Michel Temer, se reiteró la voluntad de ambos países de fortalecer la cooperación en el área nuclear. Ambos mandatarios destacaron, en un comunicado conjunto, la relevancia de las buenas relaciones entre los dos países. Entre las diversas áreas en las cuales confían en el éxito de la cooperación bilateral destacaron, justamente, el sector nuclear.
Los presidentes y sus delegaciones reafirmaron la relevancia de la Agencia Agencia Brasileño-Argentina de Contabilidad y Control de Materiales Nucleares (ABACC) como mecanismo innovador para la aplicación de las salvaguardias. Hicieron hincapié en la importancia de la cooperación bilateral para la construcción del Reactor Multipropósito Brasileño (RMB) y el Reactor Multipropósito Argentino (RA-10); y dieron instrucciones a sus gobiernos para dar seguimiento al diálogo político y a la coordinación en el ámbito nuclear a través de mecanismos bilaterales existentes. Confirmaron en ese contexto la reunión de convocatoria de la Comisión Binacional de Energía Nuclear (Coben) y la realización de una nueva edición del Comité Permanente de Política Nuclear (CPPN) para finales de este año 2017.
Las dos compañías operadoras y constructoras de plantas de energía nuclear en Brasil y Argentina, Eletronuclear y NA-SA respectivamente, tienen un acuerdo de cooperación desde finales de los años ‘90, lo que permite un intenso intercambio profesional entre los dos países. Esto es altamente beneficioso para ambas partes. Las dos compañías planean ampliar su capacidad de generación nuclear.
El aumento de la cooperación y la integración de ambas naciones ya es, y lo será cada vez más, un factor crucial para la expansión de la industria nuclear en América Latina.
–En los últimos años, Rusia –de la mano de la Corporación Rosatom- se ha acercado mucho al mercado nuclear de Brasil. Entre otros vínculos, se firmó un memorando de Entendimiento entre una de las subsidiarias rusas y la compañía brasileña CK3 para el desarrollo, construcción y operación de un Centro de Irradiación en São Paulo; además de la licitación lanzada por Indústrias Nucleares do Brasil (INB) que ganó Uranium One para la provisión de uranio natural para las centrales nucleares brasileñas. A eso se le suma una serie de eventos y conferencias académicas que Rosatom ha brindado en instituciones del país, y la oficina regional que la Corporación tiene en
Río de Janeiro desde hace unos años. ¿Cuál su valoración sobre estos vínculos?
Actualmente la industria nuclear rusa, manejada por Rosatom, es la más dinámica del mundo, en vistas del gran número de proyectos internacionales que hoy se encuentra desarrollando en todas las áreas de la tecnología nuclear y en diversas regiones del mundo. El enfoque que la empresa ha realizado en los últimos años, no sólo en Brasil sino en muchos otros países de América Latina, sin duda está teniendo un efecto muy positivo para la industria nuclear regional, aportando nuevas perspectivas y oportunidades de crecimiento.
– ¿Cree que la cooperación conjunta con Rusia podría beneficiar a Brasil para su desarrollo nuclear?
-Por tradición, los socios internacionales de la industria nuclear latinoamericana han sido los Estados Unidos, Alemania, Francia y Canadá. Sin embargo, encuentras actualmente sus respectivas industrias nucleares atravesando una serie de dificultades de naturaleza técnica, y especialmente, financiera. Incluso, Alemania ha decidido desactivar su parque de generación de energía nuclear. Por consiguiente, el desarrollo nuclear en América Latina tendrá que ser impulsado mediante la cooperación con nuevos socios internacionales capacitados, que mantengan el dinamismo de su propia industria y ofrezcan mecanismos innovadores de financiación para proyectos internacionales, como es el caso de Rusia.
–En otras oportunidades hemos dialogado sobre los hitos ocurridos en las centrales Kudankulam y Novovoronezh. Ambos sucesos, sumados a otros tantos que conforman la historia nuclear de Rosatom, demuestran que la tecnología nuclear rusa viene avanzando a paso firme. ¿Usted coincide con esta valoración? ¿Qué opina sobre la trayectoria de Rosatom como uno de los líderes mundiales en la materia y cómo podría Brasil aprovechar esas experiencias?
-Rosatom ha estado haciendo durante más de una década un trabajo constante orientado a la actualización de sus negocios y la globalización de sus actividades. Recuerdo que hace varios años Eletronuclear recibió a un grupo de Rosatom dedicado a un programa de formación para jóvenes líderes de la empresa, que buscaba brindarles experiencia internacional. No hay duda de que este tipo de programas está dando sus frutos y que es una de las claves que explican los avances de Rosatom. Otro factor, que creo que es de gran importancia, son las innovaciones en los modelos de negocios para nuevas centrales nucleares propuestos por la corporación rusa. Éstos proponen una participación, no sólo en la construcción sino también en el funcionamiento a largo plazo, como el denominado modelo BOOT (Build-Own-Operate-Transfer), que ha sido desarrollado por la empresa para el proyecto de la central nuclear de Akköy en Turquía.
–Por último, y retomando sus comentarios anteriores, ¿cree que Rusia podría ser un socio estratégico para América Latina?
-Teniendo en cuenta su alto nivel tecnológico, demostrado no sólo por Novovoronezh 6 (primera planta de generación III + efectivamente operando a nivel comercial) sino también por otras instalaciones nucleares no energéticas, además de su amplia experiencia en la construcción de proyectos fuera de Rusia y su apertura al desarrollo de nuevos modelos de negocio y los mecanismos correspondientes de financiación, Rosatom es un potencial socio estratégico no sólo para América Latina, sino para todas las regiones que deseen iniciar o expandir su industria nuclear.