El 3 de abril en 1965 se lanzó el primer satélite propulsado por fisión nuclear, conocido como SNAP-10A, desde la base aérea de Vandenberg, en los EEUU. Diseñado con el objetivo de estudiar las posibilidades de utilizar la energía nucleoeléctrica para la exploración espacial, el SNAP-10A estaba equipado con un reactor termonuclear de 45 kilovatios que alimentaba paneles convertidores termoeléctricos.
Aunque el reactor fue puesto en régimen de parada después de solo 43 días a causa de un fallo eléctrico, sentó las bases para futuras investigaciones sobre el uso de la fisión nuclear en la propulsión espacial. Actualmente se están desarrollando varios tipos de reactores con este único fin, entre ellos un reactor con un sistema eléctrico basado en caloductos y el reactor SAFE-400. Este tipo de reactores pueden usarse para propulsar viajes a los confines del espacio ultraterrestre y también podrían emplearse para generar electricidad en la luna, en Marte o en otros lugares a los que podríamos llegar en el futuro.
Fuente: OIEA