Tras diez meses de intenso trabajo, Atucha II -la central nuclear más grande de nuestro país- volvió a generar energía limpia y sostenible que incorpora al Sintema Argentino de Interconexión (SADI). CNEA sumó sus equipos de profesionales en estrecha colaboración con la operadora de la central Nucleoeléctrica Argentina.
La Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) colaboró con sus equipos técnicos para la puesta en marcha de la Central Nuclear Atucha II, realizada el lunes 28 de agosto. La central estaba fuera de servicio desde octubre de 2022 por un desperfecto técnico. Su reparación demandó más de 10 meses de arduo trabajo.
“Para nosotros es una alegría poder acompañar en este hito a Nucleoeléctrica Argentina S.A. (NA-SA), que es la empresa estatal que tiene a su cargo la operación de las centrales nucleares argentinas. Nuestros equipos técnicos han contribuido en todo lo necesario para que se hiciera lo antes posible esta puesta en marcha, que fue una epopeya desde el punto de vista tecnológico”, señala Adriana Serquis, la presidenta de la CNEA.
En octubre de 2022, en una inspección de rutina se detectaron problemas en el flujo del agua que enfría al reactor. Para ver qué los ocasionaba, introdujeron cámaras y robots. Así descubrieron que uno de los cuatro separadores internos se había desprendido y desplazado de su lugar original. El inconveniente es que esa pieza era más grande que el canal disponible para entrar o sacar elementos. Además, se encontraba a 14 metros de profundidad bajo el agua.
La solución que daba la empresa alemana que diseñó el reactor consistía en desarmarlo casi en su totalidad y volver a montarlo, lo que hubiera requerido cuatro años de trabajo. En cambio, Nucleoeléctrica Argentina diseñó un sistema para reparar la central en forma remota, sin necesidad de desarmarla. En cambio, la solución elegida por NA-SA fue cortar en cuatro partes el separador afectado para extraerlo a través del canal disponible. Al mismo tiempo, se reforzó preventivamente la soldadura de los otros tres separadores. Para todo esto fue necesario diseñar herramientas especiales, como la herramienta de corte, la de sujeción y la pinza de agarre. También hubo que hacer un canasto para colocar y extraer la pieza. La fabricación de esos instrumentos estuvo a cargo de proveedores nacionales. Todas las maniobras del trabajo fueron probadas en un modelo a escala real del reactor.
“En la CNEA trabajamos para validar la solución propuesta por Nucleoeléctrica, en conjunto con proveedores nacionales, para poner en marcha nuevamente el reactor. Se realizaron diferentes ensayos, evaluaciones y análisis para verificar la técnica de soldadura que se utilizó. Además, se están evaluando métodos de seguimiento del estado de los separadores y su soldadura”, explica Elvio Antonaccio, gerente adjunto de la Gerencia de Área Energía Nuclear de la CNEA.
Los profesionales de la CNEA también colaboraron en el diagnóstico del problema simulando las condiciones observadas en el reactor en un circuito experimental. Además, se evaluaron las implicancias del método de corte bajo agua propuesto y se determinó que no traerá ningún tipo de consecuencia negativa para el rearranque del reactor. Ahora se seguirán haciendo ensayos y pruebas para verificar que no se repitan problemas similares en el futuro.
La Central Nuclear Atucha II comenzó a enviar energía al Sistema Interconectado Nacional el 27 de junio de 2014. Está ubicada en la localidad bonaerense de Lima, partido de Zárate, y cuenta con una potencia de 745 Mwe.
La nueva puesta a crítico de la central -nivel óptimo de funcionamiento- constituye un nuevo hito del sector nuclear argentino y de sus proveedores nacionales, que pone de manifiesto las capacidades tecnológicas de nuestro país para llevar adelante proyectos complejos de ingeniería.
Fuente: CNEA