Por Andrés Sebastián Guercovich
Médico Oncólogo
Centro Oncológico Integral (COI), Leben Salud
El cáncer es una enfermedad en la cual una célula anormal puede dividirse sin control y diseminarse a los tejidos vecinos y alejados, en otras palabras, crecer en sitios alejados a su origen. En los últimos años se ha observado un aumento del número de individuos con cáncer y la aparición de éste en individuos más jóvenes. También se objetiva a nivel mundial un retraso en la edad del primer nacimiento, relacionado con cambios socioculturales.
El cáncer de mama es el tumor que aparece con mayor frecuencia en las mujeres y el 80% tienen receptores hormonales positivos que conlleva a tratamientos hormonales de larga duración (5 a 10 años).
La sumatoria de estos factores (edad de aparición del cáncer a edades más tempranas, el retardo en completar la descendencia y la necesidad de tratamientos prolongados) generó un aumento del número de mujeres en tratamiento por cáncer de mama que deseaban un embarazo posterior. Esto llevó a la comunidad científica internacional al desarrollo de un estudio científico internacional (Denominado estudio POSITIVE) cuyo objetivo fue demostrar la seguridad para suspender temporariamente el tratamiento hormonal, luego de al menos 18 a 36 meses de tratamiento, por 2 años, con el objetivo de lograr en ese periodo, el embarazo, el parto e inclusive el amamantamiento y posterior reinicio del tratamiento hormonal.
Un 74% de las mujeres logró al menos un embarazo
Los resultados de dicho estudio con un seguimiento de 36 meses no han demostrado un aumento del riesgo para las pacientes, un 74% de las mujeres logró al menos un embarazo, sin objetivarse aumentos de complicaciones en el parto o cesárea ni de patologías prenatales.
Con esta evidencia hoy es necesario consultar con su oncólogo de cabecera y un equipo de especialistas en fertilidad antes del inicio del tratamiento en todas las pacientes jóvenes con diagnóstico de cáncer que desean un embarazo posterior.