La secretaria argentina de la ABACC, Lic. Elena Maceiras, se refiere en esta nota a los actuales desafíos a los que se enfrenta la Agencia, el vínculo que se planea construir con las nuevas generaciones de profesionales y el lazo que une a este referente regional con el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
*Nota publicada en EnHoy nº 53
– Retomando su exposición en el último simposio LAS/ANS, los principales desafíos a los que se enfrenta actualmente la ABACC tienen que ver con el reactor argentino CAREM y el submarino brasileño de propulsión nuclear. ¿Cómo se están aproximando a estos dos proyectos tan relevantes?
– A nuestras tareas habituales efectivamente se agregaron estos dos grandes desafíos, cuya dificultad reside en que por su carácter innovador, no contamos con referencias para tomar como punto de partida.
Aunque en la actualidad el CAREM es un prototipo, se trata de un tipo de reactor que requiere de una aproximación a salvaguardias diferente a los reactores de agua pesada tradicionales. Estamos encarando el approach de salvaguardias para el CAREM al tiempo que estamos en contacto con la Autoridad Regulatoria Nuclear (ARN), que es la encargada de proveernos la información técnica sobre la cual trabajaremos. El CAREM será el primer reactor modular pequeño a nivel mundial, lo que significa que deberemos construir un nuevo marco referencial.
Por otro lado, hemos tenido conversaciones con la Marina Brasileña y la Comisión Nacional de Energía Nuclear (CNEN) de Brasil para empezar a modelar un lenguaje común y ver cómo se pueden encarar las salvaguardias para el proyecto del submarino nuclear. Los encuentros fueron a nivel técnico, como para ir viendo qué cosas podemos aplicar. Cabe mencionar en esta línea que Brasil se encuentra en proceso de separar el regulador de la CNEN, por lo que las actividades relativas al submarino deberán esperar a que dicha separación avance dado que necesitamos como interlocutor al regulador.
Estos dos enormes retos a los que se enfrenta la ABACC, resultado de la ambición tecnológica de ambos países, se combinan en paralelo con las continuas capacitaciones que brindamos a nuestro inspectorado tanto de Brasil como de Argentina. En la ABACC contamos con inspectores senior y otros muy jóvenes (todos provistos por ambos gobiernos), cuya disparidad de trayectorias nos ha llevado a decidir que las capacitaciones fueran conjuntas para que los más experimentados pudieran compartir sus conocimientos con las nuevas generaciones. De este modo, logramos un enriquecimiento mutuo y nos aseguramos de que todos estén al tanto de las actividades de la ABACC. Para nosotros, la formación y el perfeccionamiento de los recursos humanos es fundamental.
– Esto último va en consonancia con otra actividad que viene encauzando la Agencia, y que también tiene que ver con la educación: las visitas que el organismo está recibiendo en sus instalaciones por parte de estudiantes universitarios. ¿Qué nos puede contar sobre esta incipiente iniciativa y cuáles son las proyecciones al respecto?
– Esto se enmarca en el objetivo de fortalecer la visibilidad de la ABACC y su vínculo con los jóvenes, dos aspectos interesantes que conforman la actual filosofía de la institución.
Una de las estrategias en ese sentido fue recibir la visita de estudiantes de carreras nucleares de la Universidad de Río de Janeiro. Esa prestigiosa casa de altos estudios brindó una serie de cursos relacionados con el área nuclear y el rol de los organismos reguladores, en los cuales participó como orador el secretario brasileño de ABACC, Marco Marzo, y otros miembros de la Agencia que también fueron invitados a dar clases. Como contraparte, nosotros recibimos la visita de grupos de estudiantes para que conocieran las instalaciones de la Agencia, nuestros laboratorios, los lugares de entrenamiento, y eventualmente derivar en trabajos de posgrado sobre la parte técnica y política de la ABACC.
Nos gustaría poder replicar esta experiencia en Argentina. Veremos con qué institución sería posible avanzar en esa línea. Por supuesto, en este caso se suma la dificultad de que los alumnos tendrían que trasladarse a Río de Janeiro pero sería interesante insertar en el ambiente académico la idea de que la ABACC es un organismo regulador regional con un perfil muy técnico, que no es igual a los organismos domésticos de cada país, y que tenemos un fuerte vínculo con el OIEA.
Es bueno que esto se conozca en el ámbito universitario porque en ese entorno se van a generar los futuros desarrollos que podemos llegar a utilizar en salvaguardias, como análisis de imágenes, sellados, análisis químicos y análisis de muestras ambientales. Es importante que Brasil y Argentina se mantengan al día con la contribución de las nuevas generaciones y su potencial. Cuanto más contribuya el ambiente universitario con métodos de medición, desarrollos de verificación y otras capacidades específicas, más herramientas tendrá la Agencia para seguir trabajando con el compromiso técnico que la caracteriza.
– Usted señalaba la importancia de visibilizar las tareas de la ABACC, que se distinguen principalmente por su especificidad técnica. ¿Cómo se traslada todo esto a la sociedad?
– La ABACC se encarga específicamente de las salvaguardias en las instalaciones nucleares de Brasil y Argentina. Siendo que ambos países van creciendo en la parte eléctrica de origen nuclear y el ciclo de combustible asociado, no es poca cosa tener la garantía de que cada una de sus actividades se llevan a cabo en el marco de un uso estrictamente pacífico. La gente debe saber que vive en una zona libre de armas nucleares donde los dos países, que en algún momento pudieron haber hecho armamento nuclear, renunciaron a ese interés y crearon este organismo binacional para asegurar el uso pacífico de las tecnologías nucleares.
Esto también promueve una mayor libertad en nuestros desarrollos, evitando presiones del mundo y contribuyendo a una mejor formación de científicos, a la creación de nuevas tecnologías, y a un desarrollo social importante que no puede ser negado porque la intención pacífica es muy clara. Si bien no hacemos específicamente actividades de prevención de accidentes, porque de eso se encargan las autoridades locales pertinentes, el marco en el que se llevan a cabo las actividades nucleares es un marco de paz, por lo que se garantiza al público el uso seguro y pacífico de los átomos.
– Por último, siguiendo la línea de las proyecciones, ¿cómo cree que será el futuro de la ABACC? ¿Cree que podría traspolarse a otras regiones?
– Dado que los planes nucleares de Brasil y de Argentina han ido creciendo, la ABACC se fue convirtiendo en uno de los elementos más visibles de la mutua colaboración. Desde la Agencia vemos con mucha alegría que los dos países -en el día a día, en su soporte técnico y económico que nos brindan- estén apoyando a la ABACC y la quieran hacer crecer.
La ABACC es un único ejemplo a nivel mundial. De hecho, una de las cosas que hablamos con Grossi en varias oportunidades fue que si bien no es replicable totalmente, hay elementos de mutuo control con los que la ABACC podría contribuir como referencia para otras partes del mundo. Si bien nació en un ambiente de confianza y con un tratado específico, esa confianza se ha ido incrementando y reconstruyendo a lo largo de los años con la verificación mutua y reforzando el conocimiento entre las dos partes. No tengo dudas de que su espíritu podría inspirar la creación de organismos similares en otras geografías. Eso le haría muy bien al mundo.