“Junio de 2015”, decía el almanaque, mientras el vuelo a Moscú ya me había trasladado a una de las ciudades más importantes del mundo. Por tercera vez consecutiva me encontraba en Rusia, un país lejano desde la mirada de una argentina, pero a la vez cercano por la calidad de todos aquellos que nos recibieron. El objetivo del viaje era volver a participar del foro nuclear e industrial Atomexpo, aunque culminando la agenda programada iba a ser la ciudad de Voronezh Oblast el último destino a visitar.
Por Lic. Daniela Bentivoglio
Periodista especializada en energía nuclear. Revista EnHoy
En el grupo de periodistas invitados por la Corporación Estatal Rusa de Energía Nuclear Rosatom se encontraban colegas provenientes de India, Emiratos Árabes, Bolivia, Eslovaquia, Indonesia, y otros tantos lugares. La diversidad cultural de aquel viaje fue enriquecedora.
Ya en el centro moscovita nos dirigimos al aeropuerto de Vnukovo para tomar un avión con rumbo a la ciudad de Voronezh, a la que –según los oriundos- se la distingue por su exquisito teatro y sus famosas escuelas para actores. Sin embargo, nuestro escenario tendría otro protagonista: la central nuclear Novovoronezh.
En el Centro de Informaciones de la planta un equipo de expertos presentó las principales características de la instalación en un amplio auditorio donde también compartieron recomendaciones de seguridad. Con los cascos puestos, y tras esa primera aproximación al complejo atómico, el recorrido comenzó, sabiendo que la visita a una central con cinco unidades y una historia tan rica iba a ser algo imposible de olvidar.
Dirigidos por personal de Rosatom y directivos de la planta que respondían a cada una de nuestras consultas, nos acercamos a la que en ese entonces era la unidad más importante, la número 5 -un reactor VVER de 950 MWe-, y la obra de construcción de la unidad 6, que en agosto de este año se convertiría en el primer reactor del mundo de generación 3+ conectado a la red (considerado como el más potente y moderno de Rusia). En efecto, el recorrido también incluyó la proyección en pantalla cóncava de un video explicativo sobre ese ambicioso proyecto que apenas un año después se convertiría en realidad.
Novovoronezh se encuentra ubicada en la orilla del río Don, a 42 km del centro de Voronezh, y es la primera central nuclear de Rusia con reactores del tipo VVER, además de ser una de las más antiguas del país euroasiático. Un dato curioso, que sirve para visibilizar la experticia de Rosatom en materia nuclear, es que los cinco reactores de la planta son los principales prototipos de diferentes líneas: unidad № 1: reactor VVER-210; №2: VVER-365; unidades N° 3 y 4: VVER-440; № 5: VVER-1000; y (ahora) el flamante N° 6: VVER-1200 (que forma parte de Novovoronezh NPP II).
Otro toque distintivo de la zona en la que se emplaza la instalación está dado por sus amplios espacios verdes parquizados, convirtiendo a la naturaleza en genuina metáfora. De hecho, según contó el personal de la planta, muchos pescan en el estanque de agua de enfriamiento y cuentan con diversas áreas de esparcimiento. Entre ellas se incluye un Centro Deportivo, como parte del Programa Social financiado por Rosatom a través de Rosenergoatom. Allí los ciudadanos pueden realizar un sinfín de actividades recreativas, la mayor parte de las cuales son de carácter gratuito. Sólo se abonan aquellas que requieren equipamientos especiales, para las cuales los empleados de la central cuentan con un 50% de descuento.
Además, en una de las plazoletas principales se puede observar un monumento a la energía nuclear, que consta de una estructura metálica con el símbolo atómico en la parte superior y fotografías de la zona, en una clara referencia a la importancia de este sector productivo. Asimismo, existe un Centro Cultural y un cine, que también son resultado del mismo Programa Social de Rosatom, que a su vez incluyó la renovación de todos los gimnasios de las escuelas locales, bibliotecas y un impresionante estadio deportivo. Esto hace que los habitantes disfruten de beneficios importantes y fortalece el sentido de pertenencia al sector nuclear, reforzado asimismo por la cantidad de mano de obra que implican estos proyectos, como el caso de la unidad 6, que brindó fuentes de empleo para unas 7.000 personas.
El entusiasmo de trabajar “en una de las principales centrales de Rusia” se advertía a simple vista al estar en contacto con los profesionales y técnicos que dedican allí largas jornadas. En la sala de control, con los más modernos equipos, no dudaban en explicarnos la complejidad de sus tareas, advirtiendo que “Novovoronezh, junto con el resto de las facilidades nucleares del país, funcionan con las más estrictas normas de seguridad, estando sujetas a todas las normativas regulatorias de Rusia y del mundo”, señalaba el Jefe de la Central, Vladimir Povatov. Además, los ingenieros nucleares de Novovoronezh oficiaron de asesores en la construcción de –nada menos- 26 unidades de potencia en 13 países del mundo.
La historia de la planta fue otro tema de interés, y se remonta al año 1964, cuando la primera unidad entró en operación. La siguiente lo hizo en 1969; la tercera en 1971; la cuarta en 1972; y la quinta en 1980. En la actualidad, tres unidades de potencia están en funcionamiento (las unidades N° 1 y 2 se detuvieron en 1984 y 1990, respectivamente), aunque –como hemos dicho- ya se incorporó el sexto reactor.
Desde 1995 Novovoronezh ha estado implementando paso a paso un programa de modernización en función de los últimos estándares de seguridad, que por primera vez en Europa se incluyeron en la extensión de vida de centrales, en este caso para las unidades 3 y 4, que obtuvieron la licencia correspondiente para operar por 15 años más (hasta 2016 y 2017, respectivamente).
También nos informaron que en 2011 la unidad 5 (VVER-1000) volvió a operar luego de un gran trabajo de reparación y modernización en total adecuación a los requerimientos vigentes en Rusia y las recomendaciones del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA). Como resultado, se logró un ciclo operativo adicional de unos 25-30 años.
Ya acercándonos a los tiempos actuales, en 2007 se comenzó con la construcción de otras dos unidades de potencia, que en conjunto generarán 2.400 MW, con 60 años de vida útil. Estamos hablando de las unidades 6 y 7, del tipo VVER-1200 para el proyecto «NPP-2006».
Mientras que la unidad N° 6 ya se ha conectado a la red eléctrica (en agosto pasado), la unidad № 7 está actualmente en construcción. El bloque №7 implica una doble carcasa protectora del edificio del reactor (interior y exterior), y se estima que las obras culminen en el 2018, con la subsidiaria Rosenergoatom actuando como cliente – constructor.
Novovoronezh es la facilidad eléctrica más grande de Voronezh, donde cubre cerca del 85% de la demanda regional, proveyendo energía para 21 empresas y 2.3 millones de residentes de la región Central Black-Soil. Según los datos provistos durante la visita, hasta 2015 la planta entregó a la red más de 500 mil millones de kWh. Sin embargo, no regresaríamos a Moscú sin antes conocer otro llamativo detalle…
Reconocimiento a la trayectoria de la planta
Por supuesto sabíamos de la existencia de los Juegos Olímpicos, el Mundial de Fútbol, y muchos otros torneos, pero ¿una competencia de centrales nucleares? En Novovoronezh nos enteramos que sí: en 2013 ganó la distinción a la “Mejor planta nuclear de Rusia”, y fue reconocida como la mejor central en cultura de seguridad, a lo que se sumó la obtención de la medalla de oro junto con el diploma en mención de “Las 100 mejores organizaciones de Rusia en gestión ambiental”. Entre esos galardones también se incluyó el título a “La mejor iniciativa empresarial de la región de Voronezh”, al tiempo que su excelente performance le valió el Primer Puesto en la competición regional “Logros en eficiencia energética”.
Ahora sí, listos para el retorno, el personal de la planta nos despidió muy cálidamente y nos alejamos de Novovoronezh, sabiendo que tuvimos la oportunidad de conocer a una verdadera “campeona del sector nuclear”.