PROGRAMA DE VISITAS AL COMPLEJO NUCLEAR ATUCHA Y A EMBALSE
Las centrales han recibido medio millón de personas desde que iniciaron su operación. Entre las visitas más destacadas se encuentran cinco presidentes, un presidente extranjero, docentes e investigadores de nuestro país, Latinoamérica y el mundo.
Por Relaciones Institucionales de
Nucleoeléctrica Argentina
Si la demanda y consumo de energía eléctrica se incrementó en los últimos años en Argentina, lo mismo ocurrió con la cantidad de personas que se mostraron interesadas en visitar y conocer las tres centrales nucleares que operan en el país. La energía nuclear tiene un desarrollo muy importante en nuestra industria y en nuestro sistema eléctrico. Por ello, comprender su proceso es imprescindible. Esta es una de las finalidades de Nucleoeléctrica Argentina al ofrecer visitas divulgativas y gratuitas a disposición de cualquier grupo de personas o instituciones que las quieran realizar.
La empresa mantiene una política de puertas abiertas hacia las actividades que desarrolla como un actor importante en la generación de energía limpia y sustentable para el país. El programa está concebido de forma tal que cualquier persona se puede acercar a conceptos básicos de generación nucleoeléctrica, recibir información sobre los extensos sistemas dedicados a la seguridad y por supuesto el funcionamiento de una central nuclear.
Nucleoeléctrica mantiene una relación permanente con las comunidades de Lima y Embalse, con el país y con todos aquellos que quieran conocer sus centrales. Difundir las ventajas de la generación nucleoeléctrica y la conveniencia de continuar con la misma en el futuro es uno de los objetivos de la empresa. Los encargados de dar a conocer y recibir al público son los guías de visita. Ellos están capacitados para evacuar cualquier inquietud, satisfacer consultas técnicas y llevarlos en un tour por las sorprendentes instalaciones de una central nuclear. Libres y gratuitas, las visitas son tanto de particulares como de estudiantes de escuelas secundarias y universidades, delegaciones de instituciones nucleares como así también de funcionarios públicos, no sólo de nuestro país, sino también de Latinoamérica y el mundo.
Un fiel testigo es el libro de visitas del Complejo Nuclear Atucha, donde hay firmas y agradecimientos de diferentes establecimientos educativos y delegaciones internacionales que la han visitado: Malasia, República Dominicana, China, Canadá, Estados Unidos, Francia, Uruguay, Rusia y Ecuador, solo por mencionar algunos de los países que llegaron hasta el pueblo de Lima en Buenos Aires para conocer las instalaciones.
Ocurre lo mismo con la Central Nuclear Embalse, situada en Córdoba y hoy en plena etapa de su extensión de vida, la misma que le permitirá a la planta operar por otros 30 años más y sumar 35 MW a los 648 que ya generaba. Estos trabajos no impiden continuar con el programa de visitas. “Aun en esta importante etapa nosotros continuamos recibiendo al público”, cuenta Marcos Carbonell, Jefe de Visitas de Embalse. “Contar con un programa sustentable y continuo de visitas es un factor clave para reflejar en la sociedad la importancia estratégica y científico-tecnológica de la empresa. Las visitas producen un valor agregado a la educación técnica de los alumnos, aumenta el interés por la Extensión de Vida de la Central Nuclear Embalse y contribuye a su difusión”, sostiene Carbonell, con siete años en la industria nuclear.
Una visita a una central nuclear es enriquecedora y cargada de información. Ideal para aquellos curiosos y sedientos de conocimiento.
Miles de visitantes por año
Las visitas comienzan con una charla introductoria con información institucional de Nucleoeléctrica, la compañía a cargo de la producción de energía nuclear en Atucha I-II y Embalse. Las tres centrales juntas representan el 6% de la matriz energética del país, lo que significa un aporte de 1775 megavatios eléctricos. Esto se incrementará con la construcción de la cuarta central nuclear proyectada en los terrenos aledaños al complejo Atucha.
Se incluye la proyección en la sala de conferencias de un video educativo donde se puede comprender cómo funciona una central nuclear y cuáles son los elementos necesarios para generar energía limpia y sustentable. A continuación comienza el recorrido por las instalaciones, previa entrega de los elementos de seguridad necesarios: casco, anteojos, protector de oídos y calzado de seguridad. Las instalaciones que a menudo se visitan son la sala de máquinas, la sala de control, el transformador, las piletas de efecto sifón y un recorrido externo por la central que lleva a los visitantes a observar el edificio de refrigeración del sistema convencional y los respectivos canales de descarga. El circuito de recorrido se hace con dos profesionales del área de Relaciones Públicas y una persona del sector de seguridad y lleva alrededor de 40 minutos.
Una vez de regreso a la sala de conferencias el visitante tiene la oportunidad de consultar al guía cualquier inquietud que haya quedado pendiente del recorrido. “Todos se van contentos, satisfechos y agradecidos. Y la mayoría de las escuelas regresan. Eso quiere decir que estamos haciendo las cosas bien”, dice María Laura González, Guía de Visitas de Atucha I-II. “El Instituto Cristo Rey de Gregorio Laferrere tiene una firma inicial en el libro de visitas en el año 1981 y al día de hoy nos siguen visitando. Ya se afianzó el vínculo y eso es lo que buscamos”, señala González, que lleva seis años recibiendo establecimientos educativos e instituciones, y agrega: “Los que visitan por primera vez se van entendiendo lo que pasa en una central nuclear, se aprende mucho más que física nuclear. Los alumnos pueden ver plasmados todos los valores que se les inculca desde el colegio, como la seguridad, el compromiso y respeto por el medio ambiente”, finaliza.
Más que solo energía
Aunque muchos piensen que la visita a una central puede resultar una experiencia gris y poco atractiva se encuentran con todo lo contrario. Al recorrer la planta por fuera a través de sus calles se puede apreciar la naturaleza que la integra y rodea. Mucha vegetación, rincones florales y árboles que son el hogar de pájaros autóctonos de la zona. Si caminamos hasta el Simulador de Alcance Total, réplica de la sala de control de Atucha II, diseñado para el entrenamiento de los operadores, encontraremos al frente la huerta y su invernadero con siembra de lechuga, calabazas, remolachas, ajíes rojos y tomates, destinados a los empleados de la empresa.
Y si mencionamos la naturaleza presente en Atucha, la Central Embalse no puede ser menos. Rodeada por lagos y montañas, cuenta hasta con una reserva faunística propia llamada “Causachi” (vocablo quichua que significa: preservar la vida). Allí se encuentran diferentes especies de animales como ñandúes, aves de corral, caballos y llamas, en convivencia con la flora autóctona de las serranías cordobesas: molles, talas, espinillos y pastizales. Desde el mirador del ingreso los visitantes pueden apreciar una vista panorámica privilegiada del entorno de la Central Nuclear. La Reserva también limita con el Embalse del Río Tercero, uno de los espejos artificiales de agua más grandes de Sudamérica.
Los guías González, de Atucha, y Carbonell, de Embalse, coinciden en que el desafío más importante para un guía de visitas es lograr las herramientas posibles para que el público conozca las instalaciones, despertar la curiosidad del visitante e informarlos de forma objetiva.
Así como el físico alemán Wilhelm Rontgerd en 1895 descubrió que los Rayos X son capaces de imprimir una placa fotográfica, estos guías nucleares graban en los visitantes sensaciones de asombro mezclados con conocimiento nuclear, seguridad y tecnología de vanguardia. Los guías saben que muchos volverán, otros serán formadores de opinión y también, por qué no, alguien se convertirá en un futuro compañero de planta.
Para solicitar una visita y más información en: www.na-sa.com.ar
Fuente: Revista Energía Nuclear Hoy