«En el ámbito internacional hubo últimamente una irrupción de preocupación sobre las posibles consecuencias dañinas de la exposición al tritio, un isótopo radiactivo del hidrógeno que se desintegra por emisión de partículas β de baja energía. Se llegó a sugerir, sin elementos probatorios fundamentales, que el tritio podía ser más nocivo que lo que se postulaba en la normativa internacional. Para la profesión de la protección radiológica argentina esta duda se convirtió en un tema central, dado que el tritio es un importante contribuyente a la exposición a radiación atribuible al programa nuclear argentino. Si bien el impacto radiológico del programa es extremadamente bajo (por ejemplo, es menor que el impacto radiológico que produciría la generación de la misma cantidad de energía eléctrica consumiendo carbón), la mayor parte de ese impacto se debe al tritio. Consecuentemente, la Argentina promovió la dilucidación de los efectos en la salud derivados de la exposición al tritio ante el Comité Científico de las Naciones Unidas para el Estudio de los Efectos de las Radiaciones Atómicas (UNSCEAR), que sometió sus conclusiones a la Asamblea General de las Naciones Unidas. Lo que sigue es una descripción sumaria de cómo se resolvió internacionalmente la preocupación sobre el tritio.
El tritio se produce tanto de forma natural, principalmente por la interacción de los rayos cósmicos en las capas altas de la atmósfera, como de forma artificial. Se lo utiliza en muchas aplicaciones beneficiosas para la humanidad, particularmente la investigación biomédica. En el pasado fue empleado como componente de indicadores luminosos en distintos productos de consumo tales como juguetes y relojes, aunque este uso ha sido abandonado. En el futuro se prevé que el tritio se utilizará a gran escala en los reactores de fusión. El funcionamiento de los reactores nucleares también produce tritio, particularmente aquellos reactores refrigerados y moderados con agua pesada tales como los reactores del programa nuclear argentino. En el medio ambiente y en los lugares de trabajo el tritio se encuentra principalmente como agua tritiada en estado líquido o en forma de vapor. Desde su presencia en el hábitat el tritio puede incorporarse al organismo por inhalación o ingestión y también por transferencia percutánea. Las dosis de radiación incurridas por la incorporación de tritio se calculan a partir de la cantidad de tritio incorporada al organismo, la que se determina mediante bioensayos (por ejemplo mediante la medición del tritio excretado en orina) o a través de evaluaciones basadas en datos de monitoreo ambiental.
El cálculo de la dosis incurrida se lleva a cabo utilizando modelos biocinéticos y dosimétricos, que describen el comportamiento del tritio tras haber entrado en el organismo. Pero la preocupación fundamental con el tritio no se relacionaba con el cálculo de las dosis de radiación, sino con la eventual mayor capacidad de la radiación β emitida por el tritio para inducir efectos en la salud.
La capacidad de algunos tipos de partículas cargadas (por unidad de dosis absorbida) para inducir efectos es mayor que la de las partículas b del tritio, y en la normativa internacional se establece que la capacidad de las partículas del tritio es igual a la de los fotones de la radiación g y los rayos X. La valoración de efectividad de distintas partículas para producir daño depende en gran medida de datos experimentales. Se suele cuantificar mediante una magnitud denominada ‘eficacia biológica relativa’, o RBE por sus siglas en inglés. La RBE se define como el cociente entre la dosis de la radiación cuya efectividad se busca y la dosis de una radiación de referencia (la que usualmente es una radiación con baja transferencia lineal de energía, tal como la de los rayos X), que produzca un efecto biológico idéntico. Los valores de RBE varían entre otros factores, con el efecto biológico considerado.
La RBE es importante porque provee las bases para definir un multiplicador de las dosis denominado ‘factor de ponderación de la radiación’, que forma parte de la normativa de protección radiológica. Este es un factor sin dimensiones por el que se multiplica la dosis absorbida en órganos o tejidos para reflejar la eficiencia biológica del tipo de radiación que causa la exposición. Se trata de un factor fundamental en los cálculos dosimétricos; por ejemplo, si se llegara a la conclusión que el factor para las partículas β emitidas por el tritio fuera mayor que el valor unitario utilizado en la normativa actual, las dosis debidas al tritio de multiplicarían proporcionalmente.
UNSCEAR analizó los estudios realizados con relación a la RBE de las emisiones β del tritio y concluyó que, si bien para distintos puntos terminales biológicos oscilaban desde aproximadamente el mismo valor que los rayos gamma y los rayos X hasta valores mayores, en ninguno de los estudios epidemiológicos de trabajadores y miembros de la población que podrían haber estado expuestos al tritio se ha observado un aumento de la frecuencia de efectos en la salud que fuera atribuible a la exposición a las radiaciones de tritio. Las conclusiones de UNSCEAR son de gran importancia para la Argentina. Si UNSCEAR hubiese concluido que la RBE relativa de la radiación β del tritio era mayor que la de los rayos gamma, esa estimación podría haber conducido a la Comisión Internacional de Protección Radiológica (ICRP, en inglés) a recomendar que el factor de ponderación utilizado para calcular las dosis de la exposición al tritio aumentara proporcionalmente, y esta recomendación hubiese sido probablemente incorporada a la normativa internacional de protección radiológica. Como resultado de este manipuleo de factores, el impacto radiológico del programa nuclear argentino se habría multiplicado artificiosamente, pero esto pudo ser evitado por el trabajo conjunto de expertos e instituciones».
*Palabras del Ing. Abel González.
(El Ing. Abel González es uno de los mayores especialistas del mundo en materia de seguridad radiológica y nuclear y ha sido merecedor del Premio Sievert (2004), máxima distinción que se otorga en seguridad radiológica. Su vasto currículum lo ubica, entre otros cargos, como Representante en el Comité Científico de la Naciones Unidas para el Estudio de los Efectos de las Radiaciones Atómicas (UNSCEAR), Miembro de la Comisión de Seguridad del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) y Asesor Senior del Directorio de la ARN).
**Pregunta de Alfredo Cocco, auxiliar ambiental.