Ambos son Físicos Médicos, jóvenes y trabajan en Intecnus. Enula.org conversó con Virginia Venier, física responsable de Medicina Nuclear de la institución patagónica, y con Humberto Romano, responsable físico de Diagnóstico por Imágenes, para conocer más sobre los beneficios de las técnicas nucleares aplicadas a la salud.
Por Lic. Daniela Bentivoglio
Entre el amplio horizonte de aplicaciones que permite la tecnología nuclear, las que tienen que ver con la salud son de las más destacadas. Orientadas al diagnóstico y tratamiento de enfermedades tienen la capacidad de mejorar sustancialmente la calidad de vida de las personas combinando técnicas y equipamientos de diversos tipos.
Argentina cuenta con centros de excelencia en varias provincias. Si detenemos el mapa en Río Negro nos abre sus puertas Fundación Intecnus, que opera y administra el Centro Integral de Radioterapia, Diagnóstico por Imágenes, Medicina Nuclear y Consultorios Médicos de Bariloche. Allí nos reciben Virginia Venier y Humberto Romano, dos jóvenes profesionales que se encargan de tareas distintas pero complementarias.
Virginia tiene 36 años y actualmente se desempeña como física responsable de Medicina Nuclear. Realizó la licenciatura en Física en la Famaf-UNC y luego la maestría en Física Médica en el Instituto Balseiro (IB). Se desempeña en el área desde 2012, cuando comenzó con las prácticas habilitantes en la Fundación Escuela Medicina Nuclear (Fuesmen) en Mendoza.
Por su parte, Humberto tiene 32 años y es el Responsable Físico de las modalidades de Diagnóstico por Imágenes en Intecnus. Se recibió de bioingeniero en la UNSJ y luego hizo la Maestría en Física Médica en el IB. Para poder desenvolverse en el ámbito clínico realizó prácticas específicas en tomografía, resonancia y medicina nuclear en la Fundación Centro Diagnóstico Nuclear de la Ciudad de Buenos Aires.

(De Izq. a Der.): Pablo Goldaraz, responsable del Dpto. de Bioingeniería en Fundación Intecnus; Virginia Vernier; Humberto Romano.
En Intecnus las áreas de Medicina Nuclear y Diagnóstico por Imágenes se encuentran muy integradas. “Con la medicina nuclear –detalla Virginia- es posible evaluar distintos procesos fisiológicos mediante el uso de sustancias radioactivas denominadas radiofármacos, mientras que las modalidades de tomografía computada y resonancia magnética permiten realizar una evaluación más precisa de la anatomía y de composición de diversos tejidos”.
“En Intecnus –agrega su colega- contamos con tres equipos híbridos: un PET/MR, un PET/CT y un SPECT/CT, los cuales permiten adquirir de manera simultánea las imágenes funcionales de la medicina nuclear y las imágenes anatómicas de la tomografía y la resonancia. La sinergia entre estas modalidades permite aumentar la precisión diagnóstica de los estudios, principalmente en neurología, oncología y cardiología”.
La vinculación entre las áreas donde se desempeñan Virginia y Humberto los lleva a ayudarse mutuamente en las tareas que llevan a cabo, como controles de calidad y calibraciones de los equipos para lograr una imagen con calidad diagnóstica, validaciones y diseños de protocolos nuevos y asegurar la protección radiológica de los pacientes y del personal ocupacionalmente expuesto. “También participamos en la formación de recursos humanos, colaboramos con otros profesionales para realizar nuevas prácticas y en proyectos de investigación de grupos del Centro Atómico Bariloche. El trabajo interdisciplinario es muy importante, estamos en contacto constantemente con médicos, técnicos, enfermeros y administrativos, lo que resulta muy enriquecedor porque nos permite tener una mirada muy amplia de todo el proceso implicado en la realización de estudios de imágenes y medicina nuclear. Además nos encargamos de las tareas de gestión y coordinación de los servicios de los cuales somos responsables actualmente”, describe Virginia.
Técnicas novedosas
“La importancia de las imágenes y la medicina nuclear como herramientas diagnósticas es indiscutida”, advierte Humberto, y amplía: “Se sabe que para un buen tratamiento hace falta, en primer lugar, un buen diagnóstico y ahí es donde la medicina nuclear marca una diferencia enorme. Gracias a sus técnicas es posible realizar una estadificación precisa de una patología. Por ejemplo, mediante un estudio PET/CT se pueden detectar metástasis y, de esa forma, adecuar la terapia del paciente de ser necesario”.
El año pasado Intecnus se convirtió en la segunda institución del país y la primera en la región patagónica en realizar un novedoso estudio para diagnóstico de Párkinson. Se concretó a fines de octubre en el equipo híbrido PET/MR. Permite evaluar la Enfermedad de Párkinson, así como también trastornos del movimiento y la detección precoz de enfermedades como Alzheimer.
Tanto Virginia como Humberto participaron en la implementación del protocolo para esa importante práctica. Así lo describen: “Estuvimos muy comprometidos en la implementación de este protocolo basado en las experiencias de FUESMEN, que es una de nuestras instituciones fundadoras. Nos comunicamos con el Dr. Manuel Guirao, médico especialista en Medicina Nuclear de la entidad mendocina, quien nos guió para poder hacerlo. También participó en las secuencias de esta modalidad el médico especialista en neuro-resonancia de Intecnus, el Dr. Juan Chomont. Nuestra intención es fortalecer el uso del PET/RMN en Neurología, campo en el que estamos convencidos que es una de las aplicaciones donde más beneficios trae esta técnica. Actualmente nos encontramos trabajando en un protocolo para adicciones donde estamos participando más en el diseño y optimización no sólo de la parte de Resonancia Magnética Nuclear sino también de la parte PET”.
Promoción humana y capacitación: garantías de continuidad
Consultados por sus objetivos profesionales dentro de la institución, los jóvenes especialistas subrayaron: “Apuntamos a formar un equipo de trabajo cada vez más interdisciplinario y comprometido con la mejora continua para atender tanto las necesidades de los pacientes como de los médicos. Pretendemos ofrecer estudios de alta calidad diagnóstica y aportar excelencia en cada práctica nueva que queramos emprender. Seguir colaborando con la formación de recursos humanos y promoción humana también nos parece muy interesante”.
En línea con la misión de Intecnus, y complementando el servicio asistencial, ambos participan de la capacitación de otros físicos y técnicos, y fueron responsables de una escuela de verano para estudiantes de medicina de la UNCuyo durante tres años seguidos, entre otras actividades formativas y de extensión.
Enfatizando la relevancia de este tipo de actividades, Virginia describe: “Medicina Nuclear y Radioterapia son áreas de vacancia en el país y creo que es importante que podamos contribuir a la formación de recursos humanos, no sólo porque somos una institución estatal sino también para devolver de alguna manera la formación recibida”.
En primera persona
Por último, invitamos a ambos entrevistados a que compartieran alguna reflexión sobre los desafíos que implica desempeñarse en un ámbito tan específico como la Física Médica, y en el caso de Virginia conocer también su mirada como mujer profesional:
–Humberto: “La experiencia durante mi formación como especialista en Física Médica fue muy estimulante y exigente, y considero que valió la pena. Me recibí de bioingeniero en San Juan en el año 2011 y a los pocos meses ingresé a la Maestría en Física Médica del IB. Durante la maestría tuve la posibilidad de tener un panorama de los distintos campos de trabajo de un físico médico, principalmente radioterapia y medicina nuclear. Hice mi tesis de maestría en el Hospital Garrahan de Buenos Aires, donde iniciamos la instalación mecánica y el comisionamiento de un sistema de radiocirugía. Egresé de la maestría y en 2014 comencé a trabajar en la ANMAT en un campo diferente a la Física Médica.
En 2015, gracias al plan nacional de medicina nuclear y a los avances en la construcción de Intecnus en Bariloche, ingresé a FCDN para capacitarme a través de una beca de perfeccionamiento de la CNEA. Para un físico médico, el entrenamiento clínico es fundamental para trabajar en centros que brinden servicios asistenciales, como así también para obtener el permiso individual de la ARN. Una vez que finalicé esa etapa de formación, me mudé a Bariloche y me incorporé a Intecnus, donde tuve la suerte de poder participar de toda la puesta en marcha de la institución. Fue muy desafiante porque hubo mucho trabajo por hacer (y aún lo hay) para iniciar los servicios de Diagnóstico por Imágenes y Medicina Nuclear. Al día de hoy, vemos con orgullo prácticamente todas las áreas esenciales están funcionando, desde radiología digital hasta los estudios híbridos PET/MR. Aspiramos a seguir creciendo día a día”.
–Virginia: “Inicialmente comencé estudiando Astronomía y, en lo personal, nunca me imaginé los caminos que fui transitando. Después me cambié a Física y luego elegí dedicarme a la Física Médica. Me considero muy afortunada por las personas con las que tuve oportunidad de compartir tanto la carrera como la maestría y la especialidad en Medicina Nuclear. No es fácil y a veces el ambiente es muy competitivo y es difícil armar lindos equipos de trabajo donde también se pueda compartir la amistad. Por suerte pudimos hacerlo y lo cuidamos un montón. En todas las áreas, tener un equipo de trabajo que te permita el desarrollo profesional y la posibilidad de compartir logros y alegrías es fundamental para el crecimiento y alcanzar las metas.
También quiero destacar que los jefes que me han tocado han permitido que me desarrolle con libertad, a pesar de que a veces uno esté en desacuerdo con decisiones u opiniones.
Como mujer en el área, debo confesar que hay que pelearla y bastante, pero se puede. No hay que bajar los brazos y hay que seguir luchando para romper estructuras y, así, fomentar la participación de las mujeres en ciencias en general. Por suerte las nuevas generaciones vienen con otras ideas y perspectivas así que tengo esperanzas de que va a ser más fácil”, concluyó la especialista.