El objetivo es avanzar en la aplicación de radiación ionizante para mejorar la compatibilización de polímeros reciclados, optimizando sus propiedades mecánicas y físicas para la fabricación de durmientes ferroviarios y otros productos industriales.
La Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), organismo dependiente de la Jefatura de Gabinete de Ministros, firmó un acuerdo de colaboración con la empresa Circularis para desarrollar la utilización de la tecnología de radiaciones en el reciclado de plásticos. El objetivo es mejorar sus propiedades mecánicas y físicas para crear productos industriales más resistentes, como durmientes de trenes.
El acuerdo fue suscripto entre el presidente de la CNEA, el Dr. Ing. Germán Guido Lavalle, y Franco Frola, gerente general de Circularis. También estuvo presente el vicepresidente de la CNEA, el Ing. Luis Rovere.
“Este es un caso exitoso de asociación público-privada. Circularis es una pyme cordobesa con iniciativa y ganas de hacer algo que, además, sirve al medio ambiente. Este proyecto busca usar plástico reciclado para un fin útil, como es la fabricación de durmientes de ferrocarril. La irradiación permite que ese material tenga las propiedades mecánicas y la resistencia necesarias”, explica Guido Lavalle.
Circularis es una pyme de Monte Cristo, Córdoba, que se enfoca en el reciclaje del plástico para su reutilización en la industria. Su principal desarrollo consiste en hacer durmientes de plástico para reemplazar a los de madera de quebracho en las vías del ferrocarril.
“La firma de este convenio nos permite ampliar nuestro horizonte, escalar muchísimo nuestra producción y desarrollar cosas que hasta hoy no podíamos. Además de utilizarla para nuestros durmientes, también vamos a aplicar esta tecnología para mejorar la resistencia estructural de otros productos que generalmente no se hacían de plástico, como perfilería para casas prefabricadas o elementos de energía eléctrica o de uso en la vía pública, entre ellos postes de luz y tapas para la calle”, detalla Frola, el gerente general de la empresa.
El vínculo entre Circularis y los investigadores especializados en aplicaciones industriales de la tecnología de las radiaciones de la CNEA, que tienen sus laboratorios en el Centro Atómico Ezeiza, comenzó hace dos años.
“Tuvimos varios encuentros en los que conocimos en profundidad los desarrollos de Circularis, así como las problemáticas vinculadas al procesamiento de plásticos reciclados. El intercambio de ideas y experiencias facilitó la identificación de posibles sinergias, dando lugar a un interés mutuo por colaborar en el desarrollo de productos con potencial de transferencia a la industria”, cuenta la Dra. Verónica Vogt, jefa del Departamento de Procesos por Radiación de la Gerencia de Aplicaciones y Tecnología de las Radiaciones de la CNEA.

El acercamiento con la empresa estuvo impulsado por la participación del equipo de la CNEA en proyectos de investigación y cooperación técnica regional promovidos por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), en el marco del programa NUTEC Plastics, que busca aplicar tecnología nuclear al reciclaje de plásticos.
“El reciclado de plásticos presenta desafíos importantes, especialmente cuando se trata de mezclas de distintos tipos de polímeros, ya que su falta de compatibilidad dificulta la obtención de materiales con buenas propiedades mecánicas. La irradiación es una tecnología que usa energía (como rayos gamma o electrones) para modificar los plásticos a nivel molecular”, explica Vogt.
“En nuestro caso –continúa-, la usamos para mejorar la compatibilidad entre diferentes tipos de plásticos reciclados. De esta manera se obtiene un nuevo material más uniforme y de mejor calidad. Gracias a esto, podemos transformar plásticos de bajo valor, como bolsas, etiquetas o envoltorios, en productos útiles y duraderos, como durmientes para vías del tren”.
Los próximos pasos en esta línea de investigación se enfocan en el perfeccionamiento de la formulación y el escalado de un prototipo de durmiente, con el fin de evaluar su desempeño en comparación con los modelos actualmente disponibles. A partir de esta experiencia, se espera que la colaboración entre los equipos de investigación de la CNEA y el sector productivo se fortalezca, dando lugar al desarrollo y la transferencia de nuevas formulaciones que permitan fabricar otros productos a partir de plásticos reciclados.
–
Fuente: CNEA