Celebrada en la ciudad de Marrakech, Marruecos, entre el 7 y el 18 de noviembre, la edición n° 22 de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP22) contó con una serie de eventos paralelos donde participaron instituciones nucleares internacionales resaltando los beneficios de esta fuente de energía y proponiendo datos de referencia para visibilizar su aporte frente a la problemática del clima.
“La contribución de Rosatom a un futuro con bajo carbono”
En paralelo a la Conferencia sobre el Cambio Climático, se llevó a cabo un evento de la Federación de Rusia bajo el título «Desarrollo ruso con bajo nivel de carbono: desafíos y oportunidades». Realizado el 17 de noviembre, en vísperas al cierre de la COP22, diversos funcionarios del país euroasiático y la Corporación Estatal Rusa de Energía Nuclear Rosatom describieron su política en la lucha contra el cambio climático y la contribución de las tecnologías disponibles en vistas del despliegue del sector energético con bajas emisiones, identificando a la nuclear como una opción ineludible.
Del encuentro participaron el Asesor del Presidente de la Federación de Rusia sobre Cambio Climático, Alexander Bedritsky; funcionarios del Ministerio de Desarrollo Económico del mismo país; ejecutivos de alta jerarquía de Rosatom y los principales directivos de las áreas de negocios rusos, incluyendo representantes de RUSNANO y RUSAL.
El evento también contó con la presencia de H.E. Dr. Hakima El Haite, Ministra Delegada de Medio Ambiente del Ministerio de Energía, Minería, Agua y Medio Ambiente de Marruecos, quien señaló la importancia de la interacción entre actores gubernamentales y no gubernamentales para prevenir las consecuencias del cambio climático. Según la Ministra, “la Federación de Rusia es un ejemplo donde el Estado y las empresas trabajan conjuntamente y con éxito en esta dirección”.
“Es necesaria una transformación radical en la producción y el uso de la energía para combatir el cambio climático. La energía nuclear ahorra casi 2 gigatoneladas de CO2 al año y ha evitado más de 60 Gt de emisiones durante el período 1970-2015”. Estas fueron las palabras de Kirill Komarov -Primer Subdirector General de Desarrollo Corporativo y Negocios Internacionales de Rosatom- durante el evento paralelo que la Corporación Rusa de Energía Nuclear organizó en el marco de la COP22.
Komarov además destacó que “el portfolio extranjero de Rosatom ha crecido de 12 unidades en 2010 a 36 en 2016, siendo su prioridad el desarrollo sustentable”. También hizo referencia al papel de la energía nuclear en la concreción de los objetivos del Acuerdo de París y sus beneficios en términos sustentables, dado que esta fuente evita enormes emisiones de CO2 en la atmósfera. En ese sentido, sostuvo: «En Rusia y en el extranjero promovemos la construcción de centrales nucleares basadas en la tecnología VVER, que es segura, con mucha experiencia comprobada y una de las más referenciadas a nivel mundial. Nuestro proyecto más emblemático y reciente es la sexta unidad de la planta Novovoronezh, que se puso en funcionamiento en agosto de este año en Rusia, convirtiéndose en el primer y único proyecto exitoso de los denominados ‘Reactores de Generación 3+’”.
“Gracias a los diseños VVER que se construyeron en el mundo, se evitó la emisión de 15 gigatoneladas de CO2 a nivel global. Este volumen de СО2 equivale a las emisiones de 40 centrales térmicas a carbón de 1 GWe (cada una) durante 60 años. Actualmente, la energía nuclear en Rusia contribuye con el 48% de la producción de electricidad de bajo carbono. Es nuestro aporte a un futuro del Planeta con bajo carbono», advirtió.
En esa línea, el representante ruso destacó que la industria nuclear tiene una gran responsabilidad: «Debemos contar con centrales nucleares seguras y un sistema eficaz de gestión de combustible nuclear gastado y residuos radiactivos. Las últimas innovaciones de Rosatom, incluyendo el ciclo de combustible nuclear en tecnologías de ‘neutrones rápidos’, combustibles REMIX y los reactores de Generación 3+ -con el primero en su tipo puesto en operación-, permiten enfrentar estos desafíos con éxito”.
Komarov hizo un especial énfasis en que la energía nuclear y las denominadas “fuentes renovables” no deberían oponerse entre sí: «Estamos convencidos de que el futuro de la industria energética se encuentra en un equilibrio diversificado de tecnologías bajas en carbono que provean precios accesibles, seguridad en el suministro y mínimo impacto en el medio ambiente». Es en ese contexto que el ejecutivo ruso describió los proyectos de Rosatom en el área de la energía eólica, donde –según informó- la firma ha invertido más de 1.000 millones de euros.
“La Federación de Rusia firmó el Acuerdo de París el 22 de abril de 2016, junto con la mayoría de los países, bajo la intención de hacer un gran esfuerzo para combatir el cambio climático. Rosatom está haciendo una contribución significativa en estas acciones”, declaró Komarov.
En Rusia existen 36 reactores en 10 centrales nucleares operando exitosamente, las cuales permiten evitar 250 millones de toneladas de emisiones de CO2 anualmente: “Esto equivale al volumen de emisiones de todos los automóviles en Rusia durante 2 años, lo que representa el 48% de las emisiones totales de CO2 en Rusia. Rosatom es, por lejos, el líder mundial en cuanto a proyectos nucleares en marcha, ofreciendo los más modernos modelos basados en la tecnología VVER de diseño ruso. Actualmente, 58 unidades de este tipo están en operación en 11 países, con 73 unidades de potencia construidas a lo largo de su historia. Si se cuentan todas las centrales nucleares con reactores VVER disponibles en el mundo, el volumen de emisiones prevenidas asciende a 15 gigatoneladas de CO2”.
Hoy Rosatom está implementando proyectos para la construcción de 36 unidades en el exterior, lo que significa que se evitarán 23 gigatoneladas de CO2: “Tenemos una gran responsabilidad: salvar el Planeta para las generaciones futuras. De las acciones tomadas por cada país depende el progreso de toda la humanidad, y quiero enfatizar que todas las tecnologías de Rosatom están disponibles para cualquier estado en el mundo. Confío en que la cooperación internacional en el campo de la energía nuclear y el desarrollo continuo de esta industria nos permitirá alcanzar los objetivos del desarrollo sostenible”, finalizó el directivo de Rosatom.
Por su parte, -en diálogo con ENUla- el Director General del CEDyAT (Centro de Desarrollo y Asistencia Tecnológica de Argentina), Fabián Ruocco, coincidió con las declaraciones de Kirill Komarov durante la COP22, añadiendo otros datos ilustrativos: “En 2050, la población mundial será de alrededor de 9.600 millones. El progreso en el campo de la eficiencia energética no será suficiente para satisfacer la creciente demanda de electricidad. Los escenarios de la Agencia Internacional de Energía (AIE) predicen un aumento de la demanda eléctrica en 2050 entre un 80 y 130 por ciento, incremento impulsado principalmente por las economías emergentes”.
“Nuestros recursos no son suficientes por sí solos. En ese sentido, la Dirección de Estudios y Proyectos Ambientales del CEDyAT colabora con el sector nuclear para evitar la emisión a la atmósfera de dióxido de carbono (CO2). La energía nuclear es esencial, no solo porque garantiza el suministro eléctrico, sino porque contribuye al cumplimiento del Protocolo de Kyoto por su competitividad y por la reducción de emisiones de carbono, uno de los principales problemas ambientales en el mundo”, precisó Ruocco.
También enfatizó que la amenaza del calentamiento global y del cambio climático, unida al incremento de la demanda de electricidad y al precio de los productos petrolíferos, “hacen que la energía nuclear resulte fundamental”: “Es una fuente energética limpia, ya que no genera gases ni partículas causantes del efecto invernadero: LA ENERGÍA NUCLEAR FORMA PARTE DE LA SOLUCIÓN EN LA LUCHA CONTRA EL CAMBIO CLIMÁTICO. Es una de las pocas opciones de energía hoy disponibles que ya ha demostrado su eficacia y que puede ser aplicada a gran escala, tal como indicó el experto de Rosatom”.
Finalmente, Ruocco concluyó: “Es interesante considerar los datos que proporcionó Komarov, los cuales evidencian la cantidad de emisiones que la energía nuclear y particularmente los diseños VVER han evitado. Esto confirma que la nucleoelectricidad es una gran apuesta sustentable de la que no se puede prescindir”.