ENULA conversó con Mariano Cantero -quien hoy comienza su segundo mandato como Director del Instituto Balseiro- sobre las particularidades de la propuesta académica de la prestigiosa institución barilochense y su aporte al desarrollo científico-tecnológico del país. Una opción interesante para los que buscan excelencia y actualización permanente.
Por Lic. Daniela Bentivoglio para ENULA
¿Qué significa estar al frente del Balseiro con todo el legado que tiene este Instituto?
– Es una mezcla de sensaciones. Por un lado, una responsabilidad enorme y, por otro, un gran orgullo porque soy egresado de la casa. Aquí estudié Ingeniería Nuclear, y si bien me fui durante 10 años, volví y con mucha ilusión de aportar. Le contaba el otro día a unos colegas: “El Balseiro se te mete en el ADN”.
El Balseiro se te mete en el ADN
Poder contribuir a su desarrollo en este pedacito chiquito de Historia que me toca es una alegría inmensa. Y al mismo tiempo, supone el compromiso de mantener a una institución prestigiosa funcionando acorde a las expectativas; el desafío de la pandemia, que afortunadamente manejamos muy bien; y el reto vinculado con la gran velocidad con la que se desarrollan los conocimientos y la necesidad constante de aggiornarse.
¿Con qué oferta educativa se encuentra el estudiante?
– La oferta académica completa está compuesta por 4 carreras de grado: Física, Ingeniería Nuclear, Ingeniería Mecánica e Ingeniería en Telecomunicaciones. A ellas se suman 7 carreras de posgrado: una especialización en Aplicaciones Tecnológicas de la Energía Nuclear, Maestría en Ingeniería, Maestría en Ciencias Físicas, Maestría en Física Médica; y luego los Doctorados en Física, Ingeniería Nuclear y Ciencias Físicas.
Carreras de grado: Física, Ingeniería Nuclear, Ingeniería Mecánica e Ingeniería en Telecomunicaciones
En paralelo, el Instituto dicta diversos cursos de posgrado que suele tomarlos personal de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), estudiantes de posgrados y empresas como INVAP, y que tenemos interés en ampliar a instituciones del sector productivo.
¿Cuáles son las singularidades de la propuesta del Balseiro teniendo en cuenta su origen y el hecho de encontrarse situado en el Centro Atómico Bariloche?
– Una particularidad refiere a que para ingresar a las carreras de grado es necesario tener aprobadas las materias de las ciencias básicas de alguna carrera universitaria afín. Por lo general, estas asignaturas corresponden a los primeros dos ó tres años de cualquier plan de estudios. Luego se rinde un examen de ingreso.
Otra cuestión distintiva es que el Instituto Balseiro nació a través de un convenio firmado entre la Universidad Nacional de Cuyo y la CNEA, y eso le imprime un perfil particular. Todo lo que es el aval académico y personal docente lo proporciona la Universidad y todo lo que es infraestructura y presupuesto operativo lo aporta la Comisión.
Por otra parte, tanto las carreras de grado así como la Especialización y las Maestrías cuentan con becas completas que ofrece la CNEA y que permiten una dedicación total al estudio. Esto es un punto muy valorado por los estudiantes.
Como si esto fuera poco, el Instituto funciona dentro del Centro Atómico Bariloche, que le permite a los estudiantes acceder a una infraestructura única de CNEA (en el orden de los 600 millones de dólares en inversión), en donde se realiza investigación y desarrollo, que está también disponible para que el Instituto forme sus recursos humanos y genere conocimiento a través de los posgrados.
El Instituto funciona dentro del Centro Atómico Bariloche, que le permite a los estudiantes acceder a una infraestructura única de CNEA
Estas particularidades se completan con el entorno natural en el que se aloja el Instituto, un paisaje espectacular en medio del Parque Nacional Nahuel Huapi, que redondea la propuesta.
Y por otro lado, el Instituto ofrece alojamiento para los estudiantes que quieran vivir en el predio, principalmente destinado a los alumnos de grado por cuestiones de cupo (el Instituto tiene unos 350 estudiantes con actividad académica por año).
También hay que remarcar que los egresados tienen una demanda muy grande, por lo que es relativamente fácil conseguir trabajo para quienes se reciben del Instituto. Ahora hemos iniciado en relación a eso el “Programa Talentos”, cuyo objetivo es acercar el sector productivo, científico y tecnológico a los estudiantes y egresados del Instituto contándoles cuáles son los desafíos que tienen esos sectores, cuáles son los proyectos y cómo nuestros egresados se pueden incorporar a esas iniciativas. Siempre se inicia el proceso con CNEA y el sector nuclear argentino.
Durante el acto de su asunción al frente del Instituto usted señalaba: “Tenemos el gran desafío de poner a la ciencia, la tecnología y la educación al servicio del desarrollo del país”. ¿De qué manera se está logrando ese propósito?
– La CNEA es posiblemente una de las pocas Políticas de Estado que ha habido en la Argentina y eso hizo posible el desarrollo de un montón de actividades, donde se destaca la generación y preservación de conocimiento, y no solo eso sino también del “saber hacer”.
Una característica que tiene la CNEA es que genera transferencia del conocimiento al sector productivo y se aplica. Y por eso es que de ella no sólo que salen “papers” y patentes sino también empresas: INVAP, Nucleoeléctrica Argentina, centros de medicina nuclear, CONUAR-FAE, ENSI y muchas otras. Y en ese desarrollo el Instituto ha sido de algún modo un instrumento que permitió tanto generación de conocimiento como de recursos humanos.
Una característica que tiene la CNEA es que genera transferencia del conocimiento al sector productivo y se aplica
De hecho, INVAP fue creada por egresados del Instituto Balseiro, con Conrado Varotto a la cabeza y Héctor “Cacho” Otheguy, y Pablo Tognetti hizo lo propio en ARSAT. Lo mismo sucedió con la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE).
Si bien nuestra misión primaria es la formación de recursos humanos y la generación de conocimiento, tenemos que ir un paso más allá y ver cómo acercar todo eso al sector productivo y social e impactarlo; llamar al sector de ciencia y técnica y al productivo y decir: “Bueno, vengan cuenten sus proyectos y demanden nuestros egresados”.
Una de las formas de impactar el desarrollo es con empresas de base tecnológica, y justamente el Instituto impulsa el Concurso IB50K que está financiado por el sector productivo.
¿Cuál es el balance del Concurso IB50K?
– Van 12 ediciones, y el balance es más que positivo. Creo que es interesante porque es una forma de generar impacto en el sector productivo, y una manera de ayudar a complejizar la matriz productiva del país.
Van 12 ediciones, y el balance es más que positivo
Desde el punto de vista de los participantes, lo que cuentan es que la experiencia de haber pasado por este concurso, el vínculo que les genera el retorno o el “feedback” de las evaluaciones les ha permitido ampliar su visión y mejorar sus propias ideas y planes para el desarrollo de sus empresas.
Y por otro lado, también este Concurso permite conformar una base de datos muy importante, con unos 300/350 proyectos con proyección de desarrollo de empresas que están disponibles para que el país, el sector productivo, los tome, los impulse y los desarrolle. Ese es otro de los aspectos que impulsa el IB50K, en el que siempre tratamos de tener una visión muy federal y de impacto regional.
Para ir cerrando, ¿cuáles son los desafíos que tiene por delante el Instituto?
– Hacia futuro, nosotros divisamos cinco macro áreas de demanda en la Humanidad: “la energía”, “los alimentos”, “la salud”, “el ambiente” y “las comunicaciones”. Nuestra idea es impactar en ellas lo más que podamos y contribuir al desarrollo en general. Y en esa línea tenemos a disposición tres herramientas, que son: “la ciencia”, “la tecnología” y “la educación”. En esos tres caminos se inscriben las áreas principales del Instituto, donde lo interdisciplinario y transdisciplinario están muy presentes.
Los desafíos tienen que ver con poder estar a la altura del ritmo con el que se va moviendo el mundo. Con la velocidad en la que se desarrolla el conocimiento formar recursos humanos actualizados es un gran desafío. Mucho más si consideramos que aquí no sólo se imparte conocimiento, sino que también se enseña a hacer, “el know how”. Este reto cobra aún más fuerza por el hecho de que el Instituto tiene por diseño una forma de educación en la cual “se enseña a seguir aprendiendo”.
Los desafíos tienen que ver con poder estar a la altura del ritmo con el que se va moviendo el mundo
Por todo lo anterior, es fundamental que los planes de estudio sean versátiles y vayan acompañando los cambios que se van suscitando en todos los niveles de la sociedad. Esa es una de las grandes metas que nos proponemos.
Por último, ¿qué reflexión le gustaría hacer sobre lo que significa el Balseiro como institución y su aporte al desarrollo científico y tecnológico?
– El Instituto ha sido, desde su nacimiento, un instrumento importante para el desarrollo del país. Un secretario de Estado, cuando hicimos el lanzamiento del IB50K en Casa Rosada, lo definió como “Política de Estado”. Y yo concuerdo absolutamente. Es una institución que ha podido mantenerse, o a la que se le ha permitido mantenerse, con un rumbo claro y eso ha posibilitó que se impacte el desarrollo del país en muchas áreas.
La CNEA y el Instituto Balseiro han tenido, de algún modo, la posibilidad de tener un rumbo claro y Políticas de Estado que le permitieron desarrollarse y consolidar un montón de cosas. Así que en ese sentido sería bueno que se puedan replicar este tipo de instituciones. Creo que es clave que el país tenga un rumbo y Políticas de Estado que trasciendan los tiempos característicos de los gobiernos.
Finalmente, convoco a quienes quieran estudiar a que consideren al Instituto Balseiro como una opción, con todas las características tan particulares que marcan su esencia y que lo convierten en una gran alternativa.